Un tornado destroza el cámping de una playa de A Pobra y arranca los árboles

GALICIA

La dueña y una empleada estaban dentro del complejo cuando empezaron a desmoronarse las instalaciones

17 abr 2008 . Actualizado a las 20:02 h.

Un ruido ensordecedor sembró la alarma a las nueve y media de la noche de ayer en las dos ocupantes del cámping pobrense Ría de Arosa, la propietaria, Tita García, y una empleada, Silvia Dávila. El origen del estruendo, un tornado que destrozó a su paso las instalaciones del recinto. Los agentes de la Guardia Civil que se desplazaron al lugar del suceso no tienen dudas de que fue un viento huracanado porque, dicen, duró solo unos instantes y luego el aire cesó casi por completo.

Incluso apuntaban por donde había entrado: una esquina del recinto de acampada próxima al mar. Para los agentes, la mejor evidencia de su avance depredador es el sendero de gruesos pinos caídos, unos arrancados desde la raíz y otros con cortes limpios en el tronco, que dejó en su penetración tierra adentro. También un banco de piedra acabó tronzado por la mitad y unas casetas de madera situadas cerca del edificio principal han quedado dañadas.

Tita García y Silvia Dávila supieron que aquello no era una fuerte ráfaga de viento, como las que con frecuencia azotan la costa, cuando el aire convirtió en inútiles sus esfuerzos para abrir la puerta del restaurante y poder salir.

Situación incontrolable

Superadas por una situación incontrolable buscaron refugio dentro del local. El panorama exterior que iban contemplando aumentaba su congoja. Los árboles se caían sin oponer resistencia y, al mismo tiempo, ambas mujeres oían como la parte trasera del restaurante, la que corresponde a la cocina, se desplomaba. Un pino fue a parar contra la cubierta y la estructura se desmoronó. No es extraño que Tita García creyese «que todo se venía abajo». Asegura que desde su cobijo sentía como todo se iba destruyendo de manera irremediable.

Cuando todo hubo acabado, la mujer, muy nerviosa por lo que acababa de vivir y por la imagen desoladora de las instalaciones, aseguraba: «Pasé mucho miedo». Por su parte Silvia Dávila reconoció que había corrido a refugiarse.

El dueño del establecimiento dio inmediatamente la voz de alarma y al lugar se desplazaron agentes de la policía local, Guardia Civil y de Protección Civil, así como representantes municipales.

Daños cuantiosos

Los daños causados son muy cuantiosos, pero habrá que esperar a la jornada de hoy para que los gerentes del establecimiento puedan recorrer las instalaciones con tranquilidad y evaluar los destrozos causados por el fenómeno meteorológico. La noche y las fuertes emociones vividas hacían imposible llevar a cabo esa tarea durante la dura jornada de ayer. Sin embargo, en medio de esta desoladora fotografía del cámping Ría de Arosa, había una estampa que ponía tranquilidad al nerviosismo y que no pasó desapercibida para quienes se encontraban en el lugar: una paloma permanecía completamente inmóvil sobre la rama de un árbol desde que el sorprendente fenómeno atmosférico destrozó papeleras que había en el lugar y tiró una reja de hierro. Prácticamente ningún elemento quedó a salvo de la capacidad destructiva del tornado.