La Guardia Civil llevaba semanas siguiendo el rastro de dos jóvenes. Los investigadores tenían sospechas más que fundadas de que habían viajado a Marruecos para hacerse con una importante cantidad de hachís. Solo faltaba echarles el guante y sorprenderlos con la mercancía encima. Como así ocurrió. Tan encima la llevaban que una quinta parte de la droga -de un total de cinco kilos- la camuflaban en el intestino. Repartida en 172 bolsitas. Al parecer, los arrestados habían ingerido en el norte del país africano alrededor de 85 huevitos de hachís cada uno, como se denominan estas bolsas de pequeño tamaño elaboradas en forma de huevo y plastificadas para que resulte más fácil su ingesta y posterior evacuación.
Con la certeza de que los detenidos regresaban de Marruecos, la Guardia Civil emprendió una operación a la que se sumaron agentes del servicio de Policía Judicial de la Guardia Civil de Arteixo y Betanzos, así como miembros de las áreas de investigación de Oleiros, Culleredo y Arteixo. Tenían que capturarlos antes de que llegaran a sus domicilios para evacuar el hachís. Y lo lograron. En una carretera de acceso a A Coruña dieron alto al vehículo en el que se desplazaban.
Cuando los agentes registraron el coche no les resultó nada complicado descubrir en su interior un total de cuatro kilos de hachís. Y como los investigadores estaban convencidos de que todavía no habían evacuado la droga que llevaban en el interior de su organismo, los llevaron a un centro hospitalario coruñés. Allí les aplicaron un enema y los jóvenes no tardaron ni un minuto en expulsar los huevitos de hachís con la nada despreciable cifra de 172 bolitas.
A disposición judicial
Finalmente, el joven de 18 años y natural de A Coruña, y su compañero de 27, nacido en Arteixo, fueron puestos a disposición judicial como supuestos autores de un delito contra la salud pública.
La Guardia Civil considera así desarticulada definitivamente una de las importantes fuentes de hachís que abastecen la ciudad y su área metropolitana.