El constante robo de metros y metros de vallas de la variante de Marín supone un riesgo para la seguridad de los conductores, que se exponen a atropellar animales salvajes. El último accidente tuvo lugar el pasado sábado cuando un vehículo arrolló a un caballo que estaba en la calzada y al que no pudo esquivar en las cercanías de la salida en la parroquia de San Xulián.
La delegada provincial de la Consellería de Política Territorial, Isabel Domínguez, expresó su malestar por la reiteración de accidentes con animales en esta vía -hace menos de un mes otro coche chocó con un jabalí- y afirmó que todo se debía a que «personas amigas de lo ajeno roban alambrada para hacer gallineros».
La delegada advirtió de que esto era un peligro para la seguridad vial y pidió la «colaboración absoluta» de los vecinos para impedir que sigan produciéndose estas sustracciones. Domínguez apuntó que este problema se está dando de forma generalizada en la provincia: «Pido la colaboración ciudadana porque no solo nos pasa en Marín, sino que incluso en la autopista».
«Responsabilidade»
Por su parte, la concejala delegada de medio ambiente del Concello marinense, la nacionalista Pilar Blanco, apeló a la «responsabilidade» de los dueños de estos animales. El caballo que causó el accidente del pasado sábado no estaba identificado y quedó tan malherido que un veterinario tuvo que sacrificarlo in situ, donde permanecerá hasta que hoy operarios de una empresa homologada por la Xunta lo retiren. Blanco recordó que los caballos salvajes son un problema grave porque invaden fincas y vías, y que hay quien, en estos asuntos, se toma la venganza por su mano. Hace unos días apareció una yegua muerta de un balazo en el corazón, y el potro que tenía a su cuidado tuvo que ser trasladado a Sabucedo.