La nueva cultura del agua pasa por el bolsillo

La Voz

GALICIA

17 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Coinciden los expertos consultados en que la mejor forma de garantizar el agua en Galicia es fomentando, primero, la concienciación ciudadana sobre el uso racional del servicio, paso básico antes de afrontar cualquier obra. «En general, el potencial de ahorro de agua es enorme en Galicia, pero debe ser fomentado con seriedad y constancia, no solo en épocas de escasez; las experiencias de proyectos de ahorro en ciudades como Zaragoza, Vitoria o Sevilla demuestran que es posible reducir significativamente el consumo promoviendo buenas prácticas en los hogares», valora Alejandro Maceira, estradense que en la actualidad trabaja en gestión del agua para una firma andaluza encargada de planes hidrológicos en el Tajo y el Guadalquivir, donde la situación de sequía de Galicia ya no es una excepcionalidad.

¿Cómo lograr esa nueva cultura del agua? En los hogares la mejor manera es tocando el bolsillo. «Hoy ya hay algunos lugares que cobran hasta un euro por metro cúbico, es decir, un 70% más de lo que se hace en Galicia, donde, además, hay ayuntamientos que siguen sin cobrar por ese servicio», explica Jesús González-Solla, jefe de explotación de Emafesa, la firma pública de agua de Ferrol, la ciudad con el embalse de abastecimiento en mejores condiciones hoy en la comunidad. «O primeiro é garantir unha tasa por servicio público barato, e a partir de ahí hai que penalizar o despilfarro», admite el propio conselleiro de Medio Ambiente.

«Las sequías se combaten desde la planificación y Galicia, como el resto de España, ha hecho históricamente una política hidráulica basada únicamente en la oferta de agua», recuerda Maceira. «Ahora -concluye- una crisis como esta también puede ser un elemento capaz de hacer que la sociedad cambie».

Sin mínimos, menos gasto

Todas las ciudades gallegas han aprobado ya ordenanzas que penalizan a aquellos consumidores que más agua consumen, cobrándoles más caro el metro cúbico de exceso. «Pero no puede haber municipios en Galicia que cobren mínimos de consumo mensuales de 20 o 25 metros cúbicos, cuando la media se sitúa en torno a 15, eso hay que eliminarlo», agrega Maceira, entendiendo que de esa manera se propiciaría el descenso en el consumo. Ferrol es la única ciudad hasta la fecha que ha optado por esa vía. ¿Resultado? En el año que lleva de aplicación se ha producido un descenso del 10% en el agua servida por Emafesa. «No debemos volvernos locos con esta situación, pero sí controlar el despilfarro gravando a quien más consume, por el descontrol en fugas en la vivienda...», puntualiza González-Solla.