Antes de que los responsables de YouTube retiraran los vídeos de su portal -lo hacen siempre cuando se trata de grabaciones que recogen hechos no legales-, la persona que colgó las imágenes se adelantó.
De hecho, los usuarios de este portal de vídeos se lo están pensando dos veces y llegan incluso a retirar contenidos que la policía pueda utilizar como prueba en su contra. Ocurre, sobre todo, con dos tipos de imágenes: las carreras ilegales y las agresiones o vejaciones.
Desde que la Guardia Civil de Tráfico utiliza YouTube para cazar a conductores temerarios, han desaparecido de la Red muchas grabaciones con este contenido. Hasta el miércoles podían verse once secuencias en las que el motorista superaba los 265 kilómetros por hora. El propietario de las imágenes, y conductor del vehículo, decidió hacer desaparecer la grabación ante el temor de posibles represalias judiciales. Fuentes de Tráfico advierten de que «no será tan difícil probar la identidad del piloto. Se sabrá desde el ordenador que lo hizo».