Si la población gallega hubiera registrado una evolución similar a la española a lo largo del siglo XX, Galicia rozaría actualmente los cuatro millones de habitantes
26 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.Las publicaciones del entonces Banco de Bilbao (hoy BBVA) fueron pioneras en la difusión de estadísticas y datos económicos que permitieron un primer análisis económico-social de las provincias y regiones en la España de los años cincuenta. Desde entonces se ha visto acompañado en su tarea por múltiples y valiosas contribuciones de institutos públicos (del Estado y de las autonomías que surgieron con la democracia), y de otras entidades privadas. Pero, cincuenta años después, continúa siendo un referente imprescindible que ha ampliado su oferta hacia la inversión y las dotaciones de capital sin abandonar sus series homogéneas sobre renta, empleo y población.
Sobre este último aspecto, su Fundación ha presentado este año una voluminosa entrega (en dos volúmenes y un CD) centrada en la evolución de la población española durante el siglo XX. Estamos ante un resumen o balance de lo acaecido con lo que podríamos llamar los españoles de las pesetas, pues será aún en el año 2002 cuando nos despidamos de aquel referente monetario común que se manejó en España durante todo el siglo XX; circulando como moneda común desde Galicia a Andalucía o desde Cataluña al País Vasco. Período en el que aquella moneda, en un mercado común español en muchos casos poco abierto al exterior, privilegiaba los flujos e intercambios entre las distintas regiones y territorios del mismo.
Saldos migratorios 1900-2000
Que esto fue así queda reflejado en los intensísimos flujos migratorios que resumimos en un gráfico elaborado con los datos de la publicación. En él se observa cómo una parte de la población de España se desplazó de forma masiva hacia las regiones que, al rebufo de la modernización y crecimiento económico español, concentraron buena parte del tejido empresarial y comercial que se desarrolló durante el siglo. Regiones como Madrid llegaron a triplicar su población inicial del año 1900, pero también Cataluña o el País Vasco la duplicaron... con la llegada de trabajadores de otras regiones. La otra cara de la moneda la tenemos en andaluces o gallegos que abandonan su región natal casi en la mitad de la población inicial con la que contaban en 1900.
?Población en el año 2000
En el cuadro adjunto resumimos el resultado final en el año 2000 de este trasiego junto a una simulación (llamada sin flujos) consistente en suponer que unos hubiesen podido retener aquella población (se debe imaginar que por haber capturado las posibilidades que abría el crecimiento económico de toda España) y los otros no contar con aquellos inmigrantes (por no haber podido concentrar el poder económico o político) que dieron impulso a su actual -y real- situación.
Ciertamente es un ejercicio de economía-ficción pero, aún así, podría ser útil para que el lector, al reflexionar sobre las cifras resultantes, evalúe si las obligaciones de cohesión dentro de España, que tan poco claras parecen estar desde la llegada del euro, tienen o no una base social abrumadora.
Población de Galicia
Para el específico caso de Galicia tal simulación -de no haber tenido saldos migratorios negativos- nos colocaría muy cerca del peso demográfico de Cataluña, muy por encima del de Madrid y duplicando al del País Vasco. Galicia tendría entonces tres millones y medio de habitantes (en vez de los dos millones setecientos que tenemos realmente). Cifra que no debiera considerarse para nada excepcional si reparamos en que si la población gallega hubiese tenido idéntica evolución durante el siglo XX a la que por término medio tuvo el conjunto de España debiéramos superar los cuatro millones de habitantes.
En resumen. Si hoy en día el euro ha enturbiado la memoria de algunos sobre aquella España de las pesetas que transitó todo el siglo XX, el libro editado por la Fundación BBVA resulta oportuno y actual. Tan pertinente y actual como cuando recibíamos con enorme interés aquellas publicaciones que nos permitieron realizar los primeros análisis desagregados de la economía y de la sociedad española.