Ocultando su rostro, a excepción de los ojos, con un jersey gris de cuello alto y una gorra roja bien calada, llegó ayer a los juzgados de la capital ourensana A.J.L.H., un colombiano de 32 años acusado de intento de violación y agresión sexual a una niña de 10 años, que quedó embarazada.
El sospechoso llegaba esposado y custodiado por dos agentes de la Guardia Civil, procedente de la prisión provincial de Pereiro de Aguiar. Hacia el mediodía entró en las dependencias del Juzgado de Primera Instancia número 2 para someterse a la indagatoria, la última de las diligencias de investigación que se llevan a cabo durante la fase de instrucción del caso. A partir de ahora las partes tendrán que redactar los escritos de acusación y defensa, previos a la apertura del juicio oral.
Acompañado de su letrada, Mayte Cruz, al detenido le fue comunicada su situación de procesado y se le volvió a tomar declaración en relación a los delitos calificados por el momento como intento de violación y agresión sexual a una menor.
Según las acusaciones -la madre de la víctima se persona como afectada en el caso-, el sospechoso habría abusado sexualmente de la menor, aprovechando la confianza que tenía con la madre de la niña, que solía ausentarse del domicilio por las noches por motivos laborales. En este sentido, se presume que el acusado podría haber entrado de madrugada en la habitación en la que dormía la niña, forzándola sexualmente mientras ella se encontraba en la cama.
Lejos de aceptar esta versión de los hechos, el acusado reconoce que hubo un encuentro sexual con la menor, en el domicilio de ella, aunque alega que tan solo tuvo lugar en una ocasión y que, en todo caso, no se produjo situación violenta alguna puesto que la niña habría mostrado su consentimiento a mantener la relación sexual con la que quedó embarazada. Los hechos se descubrieron cuando se encontraba en avanzado estado de gestación y se hizo necesaria su hospitalización en el complejo hospitalario de la capital ourensana, en el que la menor dio a luz posteriormente en medio de un amplio seguimiento por parte de los profesionales médicos.
Prueba de ADN
Precisamente, una prueba de ADN realizada hace algunos meses al sospechoso pone de manifiesto la coincidencia genética entre el acusado y el recién nacido, lo que representa una prueba de peso para las acusaciones. En todo caso, la defensa sostiene que la citada prueba solamente demuestra que hubo una relación sexual entre ambos -aspecto que no rechaza el acusado-, pero no que fuese forzada, como sostienen las acusaciones en base a lo que habría declarado la propia afectada.
Apenas media hora después de acceder a la oficina del juzgado en la que se practicó la indagatoria, y ya como procesado, A.J.L.H. regresó a la prisión provincial, tras permitírsele hablar durante unos minutos con una familiar que lo estaba esperando.
Cerrada ya la instrucción del caso, es probable que los trámites aún se prolonguen durante algunos meses y que el juicio oral por este caso se posponga, al menos, hasta mediados del 2008. Ello obligará a que, en su caso, se solicite una prórroga de la medida provisional de prisión preventiva en la que se encuentra el sospechoso, que cumplirá dos años de internamiento en un centro carcelario en el mes de febrero del año próximo.