Los tres de O Eixo podrán acceder al tercer grado en enero

SANTIAGO CIUDAD

La junta de tratamiento de Teixeiro se muestra favorable a la medida, que será solicitada la próxima semana en Madrid

09 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Simón Márquez, José Moreira y Jesús Montoiro, los tres vecinos de la parroquia compostelana de O Eixo condenados a siete años de prisión por agredir a un agente del Cuerpo Nacional de Policía en el año 1998, podrán acceder antes de lo previsto al tercer grado penitenciario y es muy posible que ni siquiera lleguen a pasar tres meses en el centro coruñés en el que están recluidos desde el pasado día 30 de octubre.

Según ha podido saber La Voz de Galicia, la junta de tratamiento de prisiones remitirá la próxima semana a Instituciones Penitenciarias a Madrid la petición del tercer grado para los tres de O Eixo, cuya respuesta se demoraría, como mucho, dos meses.

Aunque la junta no se reunirá hasta el jueves día 15, la mayoría de sus miembros se han mostrado favorables a que se les conceda una medida que contribuiría a que los condenados normalizasen sus vidas.

De esta manera, los tres de O Eixo podrían salir de la cárcel en el mes de enero, mucho antes de lo que se pensó en un primer momento. El propio alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, confirmó ayer que «algo se está a mover» en este sentido, aunque ni confirmó ni desmintió las informaciones que señalan que, el pasado miércoles, el propio regidor visitó a Márquez, Moreira y Montoiro en la prisión.

Según ha podido saber La Voz de Galicia, Bugallo sí que estuvo en Teixeiro, y lo hizo acompañado además por los concejales Bernardino Rama y Marta Álvarez-Santullano. Además de interesarse por el estado de los tres vecinos, el regidor se habría entrevistado también con el director del centro penitenciario.

Localizador electrónico

Sobre el tercer grado para los tres de O Eixo, en círculos solventes se apunta además otra posibilidad que tiene muchos visos de materializarse: que, a diferencia de lo que es un tercer grado normal -el recluso vive fuera y duerme en prisión-, ni siquiera tendrían que pernoctar en el centro penitenciario provincial, ya que se les colocaría un dispositivo electrónico de vigilancia -una pulsera o una tobillera- que permitiría tenerlos localizados en todo momento y, a la vez, que pudieran llevar una vida normal.

De todas maneras, es Instituciones Penitenciarias la que tiene la última palabra. Tampoco se descarta que el Gobierno pueda concederles finalmente el indulto, a pesar de que ya se lo denegase en una ocasión.

El Sindicato Unificado de Policía se ha mostrado contrario en todo momento a esta medida de gracia, y lo ha hecho sobre el argumento de que solo uno de los tres condenados, Simón Márquez, pidió perdón públicamente. Su defensa declinó ayer hacer cualquier comentario sobre la suerte de los tres condenados.