El PP compara la gestión actual con la «cueva de Alí Babá»

D. S.

GALICIA

09 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El currículo vitae, las titulaciones y las amistades que se gastan los gerentes de la Ciudad de la Cultura se han convertido en uno de los elementos predilectos de las diatribas que se libran en la comisión de investigación del Gaiás. Si los comisionados del PSOE y el BNG se encargaron de cuestionar la capacitación profesional del marido de la ex conselleira Pilar Rojo y del cuñado de Mariano Rajoy para las responsabilidades que desempeñaron en el proyecto, el PP se ocupó de poner ayer en la picota a un cargo nombrado en la etapa del Gobierno bipartito.

El diputado popular Ignacio López-Chaves se llenó varias veces la boca para denunciar «nepotismo en las contrataciones e irregularidades en las adjudicaciones», hasta el punto de comparar la actual gestión del complejo del monte Gaiás con la «cueva de Alí Babá».

El PP se mostró especialmente severo con el director económico-financiero de la Fundación Cidade da Cultura, Elías Suárez. Éste sustituyó en el cargo a Manuel Fernández Balboa, un joven licenciado en Empresariales que accedió al puesto sin apenas experiencia profesional, pero con la circunstancia de que era cuñado de Rajoy. López-Chaves subrayó que la titulación de Suárez, diplomado en Magisterio, tampoco era apta para el puesto de director financiero. «No tiene formación académica ni cualificación profesional y pese a todo lo han contratado», le espetó, antes de desvelar lo que denominó un caso de «nepotismo en estado puro».

Amistad con el gerente

Aunque tanto el nacionalista Paz Antón como el socialista Fernández Leiceaga remarcaron la extensa experiencia profesional de Elías Suárez, desarrollada básicamente en la Universidade de Santiago, López-Chaves insistió en recalcar que si accedió a la cúpula de la Ciudad de la Cultura fue por la amistad personal con el gerente de la fundación, Francisco Carracedo. De hecho, el diputado popular dejó entrever que Carracedo era una especie de «padrino» de Suárez, al que en parte debía su puesto en la universidad.

El propio López-Chaves exhibió una publicación del DOG , de octubre de 1997, en la que un tribunal presidido por Gumersindo Guinarte, secretario xeral de la Presidencia de la Xunta y mano derecha de Touriño, y con Carracedo como vocal, juzgó una convocatoria a la que aspiraba Suárez. «A miña vida privada é miña», se defendió Suárez, antes de subrayar de forma airada que «con independencia de cal fora o tribunal, eu tiña dereito a presentarme», sentenció.