Un anciano de la parroquia de Galdo, en Viveiro, J.?C.?T., de 76 años de edad, se enfrenta a diligencias judiciales por presuntas injurias, insultos y vejaciones realizadas de forma anónima, y escritas en verso, a través de cartas enviadas a varios vecinos desde el año 2005.
Diez de los afectados, cuyos nombres o apodos aparecen reflejados en las distintas estrofas, presentaron denuncia hace diez días, coincidiendo con la última de las misivas recibidas, el 17 de septiembre, aunque en los próximos días el número podría incrementarse, ya que en torno a 50 vecinos las recibieron en sus casas. De hecho, desde la propia Comisaría de Viveiro se invitó a las posibles víctimas de las misivas a presentar denuncia si así lo consideran oportuno.
Las cartas llevaban matasellos de la oficina de Correos de Burela y fueron expedidas tres días antes de su recepción. Al parecer, J.?C.?T. reconoció en su declaración en las dependencias policiales, y ante las pruebas presentadas en su contra, que había enviado las cartas, pero negó ser el autor de los versos, de quien se negó a facilitar la identidad.
Entre las pruebas que podrían inculparlo figura, según señalaban los propios afectados, un vídeo en el que aparece el imputado en las dependencias de Correos, aunque la policía trabajó en torno a por lo menos otros tres sospechosos. Las misivas no dejan títere con cabeza con sus versos «envenenados». El autor de los mismos recrea a lo largo de cinco folios, escritos en ordenador, los «dimes y diretes» de toda la parroquia, desde los líos de faldas a problemas relacionados con dinero o con el peso social de alguno de los aludidos. Al menos catorce personas, y en algún caso familias completas, aparecen mencionados en los versos, incluso políticos como el alcalde de Viveiro, Melchor Roel, y el popular César Aja. También aparecen versos dedicados al propio imputado, únicas estrofas limpias de insultos.
La situación generó un gran revuelo social, y ayer, aunque ninguno de los afectados quería hacer declaraciones, mostraban su satisfacción por la actuación policial, aunque aseguran que J.?C.?T. «non puido actuar só». Fue tema de conversación de los corrillos de la parroquia, que afirmaban también que las misivas tienen de fondo antiguos problemas entre la asociación de vecinos y la junta de montes, que presidió hasta hace varios años. J.?C.?T. se remitió a su declaración en la policía.