No es la primera vez que las normas se arrugan y encogen antes de volcarse sobre Lewis Hamilton. Arropado por Ron Dennis desde su entrada en la fórmula 1, el joven y talentoso piloto británico ha gozado de unas prebendas omitidas al común de los participantes. Precisamente el inglés tuvo que acudir ante los comisarios con motivo de una irregular maniobra tras el coche de seguridad en el Gran Premio de Japón del 2007, cuando sus acelerones y frenazos provocaron el accidente entre Mark Webber y Sebastian Vettel.
Si bien el artículo 154 apartado d) asegura que «ningún coche puede conducirse innecesariamente despacio, incurriendo en peligro potencial a otros pilotos», los jueces obviaron la culpa del inglés, que debía ser sancionado con una parada de diez segundos en el pit lane , lo que le habría dejado fuera de los puntos cuando quedaban solo dos carreras más para la lucha por el título. Decidido a posteriori, la FIA debía haberle retrasado diez posiciones en la parrilla del gran premio siguiente. Y no lo hizo porque aseguró que la culpa había sido de la lluvia.
Ese mismo año, la Federación Internacional sí intervino para salir al rescate de Hamilton, cuando se sintió víctima de una prolongada parada de su compañero de McLaren, entonces Fernando Alonso, en el box durante la calificación de Hungría. Los comisarios decidieron entonces retrasar cinco puestos a Alonso. Aquel gesto declinó la balanza del mundial en beneficio de Raikkonen, posterior campeón.
Curiosamente, el español, perjudicado ayer por el coche de seguridad, fue el primer damnificado en la historia de la fórmula 1 por la norma de no poder repostar durante la primera vuelta del safety car . Ocurrió en Canadá en el 2007. Alonso sabía que le penalizarían con diez puestos pero tuvo que entrar al box porque se quedaba sin gasolina.