Ferrari naufraga, Hamilton navega

DEPORTES

El inglés gana en Mónaco una carrera marcada por la lluvia y ya es líder; el ímpetu de Alonso le impidió puntuar

26 may 2008 . Actualizado a las 10:50 h.

Lluvia más Mónaco igual a trampa. Hamilton reventó una rueda contra un raíl. Massa se pasó de frenada y regaló el liderato. Raikkonen, después de ser sancionado, perdió el control del coche a la salida del túnel y se estampó contra Sutil. Alonso inutilizó su alerón delantero contra el chasis de un BMW. Y Coulthard vivió un nuevo accidente. Y Nelsinho no aguantó con los neumáticos de seco. Y...

En toda esa suerte de despropósitos bajo las nubes intermitentes de Montecarlo, el Gran Premio recompensó a Lewis Hamilton quien, posiblemente, quizá no hubiera ganado de no haber sufrido su accidente tan temprano. Al quedarse sin una de sus ruedas traseras, el inglés adelantó su estrategia y cargó combustible antes que nadie. Ese movimiento le daría a la postre la victoria que, según él, le negó la propia McLaren hace un año en beneficio de Alonso. Éste, por su parte, arruinó todo en una maniobra tan ambiciosa como estúpida, al intentar rebasar a Nicky Heidfeld por el interior de la horquilla del Hotel Fairmont.

Suerte dispar en McLaren

El comienzo de la prueba fue de suerte dispar para los dos pilotos de McLaren. Kovalainen, completamente gafado en esta primera parte del Mundial, permitió a casi todos adelantar una posición antes de iniciarse la carrera, ya que tuvo que salir desde el pit lane porque su coche se quedó bloqueado en la vuelta de reconocimiento. Su compañero, en cambio, fue capaz de superar a Kimi Raikkonen en los primeros metros y ascender a la segunda plaza por detrás de Massa. Un poco más atrás, Fernando Alonso rebasaba a Nico Rosberg y se colocaba quinto, una excelente posición para el dudoso rendimiento que el R28 había ofrecido un día antes en la calificación. No tardaron en producirse una amplia serie de accidentes y toques que adelantaron la entrada en boxes de algunos pilotos, como Hamilton y Alonso. Ya que la lluvia no paraba, el asturiano y Renault optaron por montar neumáticos de lluvia extrema, una idea que no había cuajado en el resto de los boxes. Las nubes daban la razón al español, que rodaba más rápido que la cabeza de carrera. Como Nicky Heidfeld le impedía contactar con los de arriba, Alonso se apresuró a un adelantamiento en una zona imposible y enterró todas sus opciones de puntuar en Mónaco, donde había ganado los dos años anteriores.

Sanción al finlandés

Raikkonen cedía buena parte de sus opciones al tener que cumplir una sanción de paso por el pit lane (por no tener sus neumáticos montados tres minutos antes de iniciarse la carrera). De este modo, el duelo por la victoria se reducía a Massa y Hamilton. El inglés, que rodaba primero pero con una parada menos que el brasileño, logró incrementar su ventaja para garantizarse regresar de boxes en la primera posición. Massa vio incluso como Robert Kubica le relegaba al último escalón del podio monegasco.

Por primera vez, Lewis Hamilton gana un gran premio sin salir desde la primera posición de la parrilla. Tampoco fue por méritos de adelantamientos, porque Mónaco no se presta a ello. Pero la lluvia del Principado le ha devuelto el liderato del Mundial, aquel que disfrutó durante muy pocos días tras vencer en Australia a mediados de marzo. Pocos podían imaginar que Hamilton dominase el campeonato a estas alturas después de que Ferrari haya demostrado un poder tan superlativo. Pero Massa da lo que puede y Raikkonen, cuando se borra, lo hace hasta las últimas consecuencias.