Tras varios días de incertidumbre, la Xunta confirmó ayer al Concello de Valdoviño que la escuela rural de Lago podrá continuar abierta, de momento, un año más. Cristina Freire, concejala del grupo de gobierno local, se reunió ayer con el Inspector de zona de educación, una cita a la que también asistieron el concejal del BNG, Alberto Ameneiros, una de las profesoras de la escuela y representantes de las madres de los alumnos, colectivo que inició las protestas.
Las madres de los siete escolares del centro aseguran que no les han dado ninguna razón de por qué ahora no cierran el centro. «Al parecer a partir de este año cerrarán las escuelas con cinco o menos alumnos (antes el límite era cuatro) y no contaron al sexto niño que estaba en trámites de formalizar la matrícula», explica una de las madres.
Finalmente, los cinco niños afectados podrán continuar estudiando el próximo año y la Consellería ha aprobado la matrícula del sexto, aunque estaba hecha fuera de plazo.
Fueron las propias madres las que recibieron la noticia del cierre inmediato del centro el pasado día 23. Las afectadas se pusieron en contacto con el alcalde de la villa, José Antonio Vigo Lago, para intentar buscar una solución.
Aunque con esta medida el centro podrá continuar abierto, las madres anuncian que no cejarán en su empeño de que en la escuela se pueda impartir el primer curso de Primaria como sucede en otros centros similares.