A comienzos del año pasado, después de que se desbloqueasen los problemas administrativos que impedían el inicio de los trabajos para la transformación del cine Zárate en un centro de día, el comienzo de las obras parecía inminente. De hecho varios técnicos realizaron catas para elaborar el estudio geotécnico. Pero ya por aquel entonces, el alcalde de Mugardos, el nacionalista Xosé Fernández Barcia, anunciaba que las relaciones con la Xunta liderada por Núñez Feijoo no eran tan fluidas como lo eran con la del bipartito y aseguraba que desconocía planos y plazos para llevar a cabo la construcción de la nueva infraestructura, muy demandada por los vecinos.
Con el transcurso de los meses, esa falta de concreción que había percibido el alcalde de Mugardos se tornó verídica. El nuevo Gobierno gallego había comenzado una serie de recortes que también tocaban de lleno a la ejecución de las obras presupuestadas en torno a 700.000 euros y que incluían la conservación de las fachadas principal y lateral del edificio. En la última reunión que el regidor tuvo con responsables de la Xunta, estos le hicieron ver que la transformación del Zárate tendría que esperar al menos a este año.