El Ensanche A acusa el peso del tráfico y la falta de aparcamiento

Rocío Pita Parada
Rocío Pita Parada FERROL/LA VOZ.

FERROL

El caótico crecimiento urbanístico dificulta la modernización de un espacio donde cohabitan la pujanza y el deterioro

20 dic 2010 . Actualizado a las 13:28 h.

Es la segunda bolsa residencial más importante del municipio, solo por detrás de Caranza, y la expansión natural del centro histórico de la ciudad. Trece de cada cien ferrolanos residen actualmente en el Ensanche A, un barrio que se extiende a ambos lados de su centro neurálgico, O Inferniño. Y cuyo crecimiento arroja hoy la imagen de un callejero irregular cuyas dificultades urbanísticas pasan factura a los vecinos y condicionan los proyectos futuros. La trinchera que conforma el paso de las vías del tren e infraestructuras como la estación de autobuses maniatan una zona con aspiraciones de expansión que extiende sus dominios desde la calle Manuel Belando hasta la plaza de España.

El barrio gestado entre los años cincuenta y sesenta tuvo un crecimiento desordenado e individualista al que ahora vecinos y administración local deben hacer frente. Primero, para cohesionar un barrio carente de la entidad y homogeneidad con las que otros nacieron. Después para intentar frenar el deterioro de los edificios, de cuyas graves consecuencias dio muestra esta semana el desplome de una fachada en la calle Cataluña. Y también, para dotar de los servicios necesarios en la actualidad y no proyectados -ni esperados- hace más de medio siglo, como las zonas verdes. O, por ejemplo, la necesidad de estacionamiento para hacer frente al crecimiento poblacional. Los primeros edificios levantados carecen de plazas de garaje en sus bajos y sótanos. Y la estrechez de muchas de sus calles limitan los estacionamientos en superficie. A ello se suma la inexistencia en la práctica de un aparcamiento público, ya que el de O Inferniño todavía no funciona como tal.

Alta densidad circulatoria

Pero el paso de coches es constante y también de buses. La proximidad al centro y la existencia dentro de su ámbito de servicios como el ambulatorio Fontenla Maristany, las estaciones de tren y bus, la biblioteca municipal, el instituto Concepción Arenal, tres escuelas infantiles, el centro cívico Carballo Calero y tres plazas, la de España, la de la Ilustración y la de O Inferniño, justifican un peso circulatorio agravado por el paso de autobuses y la pujanza creciente de la zona. Socialmente el barrio se ha rejuvenecido, en parte por el parque de viviendas de alquiler existente en el barrio, uno de los favoritos para los inmigrantes, que suponen ya el 5% de la población.