Herrerías asume el compromiso de mantener viva la memoria de Astano

La Voz FERROL/LA VOZ.

FERROL

20 ago 2010 . Actualizado a las 12:23 h.

En principio iba a tratarse de una exposición temporal. Pero finalmente la institución que dirige el almirante y profesor José Castro Luaces ha decidido convertir El milagro de la ría (nombre que han dado a su proyecto de recuperación de la memoria de Astano) en una sección permanente del museo. Una sección que, como ayer adelantaba el propio Castro Luaces, abrirá sus puertas en octubre, y que ocupará buena parte de la primera planta del edificio. La que ahora solamente se abre al público, remarca el propio almirante, cuando «hay exposiciones temporales en ella».

«Lo que consiguió Astano en su mejor época, no ha logrado repetirlo nadie -decía el almirante ayer-. No se han vuelto a lanzar al mar barcos de ese tamaño construidos en una grada. Aquello fue un auténtico hito. Por eso, lo que nosotros pretendemos ahora, con el apoyo de la Xunta, es que Herrerías cuente desde este otoño con una muestra permanente, estructurada alrededor de tres áreas, que permita entender a través de planos, maquetas, fotografías y todo tipo de documentos lo que aquello supuso, entre los años 60 y 70, para el mundo de la ingeniería y la industria de construcción de buques». Ingeniero naval también él, Castro Luaces sostiene que no tendría sentido que Herrerías, un museo nacido del deseo de servir de custodiar el legado de lo que cada generación ha aportado a la construcción naval y, por lo tanto, también en más de un sentido al arte de navegar.

Subraya el máximo responsable del Museo de Herrerías la necesidad de que el siglo XXI no olvide lo que para el mundo supuso ver lanzar, desde las gradas de Astano, petroleros de las dimensiones del Arteaga . Unos buques cuya construcción -y sobre todo cuya botadura- conllevaron tal dificultad en el cálculo de sus estructuras que fueron muchos quienes llegaron a dudar seriamente de que pudiesen alcanzar el mar sin fracturar su casco durante la botadura.

Una tecnología distinta

Astano, reitera Castro Luaces, apostó por la construcción de los buques en gradas con independencia de su tamaño. Algo que, tratándose de buques de tales condiciones, no tuvo continuidad en ningún otro astillero del mundo.

Desde que Astano lanzó al mar sus mayores construcciones, quienes han fabricado navíos de las mismas dimensiones los han construido, y los construyen, en el interior de diques secos, en los que se deja penetrar el mar en cuanto el barco está listo para ponerse a flote. Un procedimiento con el que se elimina el riesgo que la botadura conlleva, y que por tanto permite evitar las dificultades a las que tenían que enfrentarse los ingenieros y trabajadores de Astano, cuya resolución tanto asombró a países como el Japón.

De hecho, durante años fue habitual la presencia de ingenieros japoneses, como observadores, en las grandes botaduras de Astano, que se convertían en un espectáculo que congregaba a miles de personas llegadas desde los más diferentes lugares del país.

Todos los públicos

Siguiendo el criterio que rige el funcionamiento del Museo de Herrerías, la exposición permanente dedicada a Astano estará diseñada de forma que pueda resultar atractiva para los públicos más diversos: desde quienes conocen en profundidad el mundo de la construcción naval, entre ellos los que fueron testigos o quizás incluso protagonistas de los grandes momentos de Astano, hasta escolares que ante esta muestra tendrán ocasión de revivir los hitos de un astillero cuya tecnología asombró, hace cuatro décadas, al mundo de la ingeniería. Y con independencia de que la muestra se abra en octubre, apuntaba ayer Castro Luaces, la intención del Museo de Herrerías es continuar recogiendo, en el futuro, todo tipo de fondos sobre Astano.