Calma chicha en Porto Carrizo

Raquel Iglesias FERROL/LA VOZ.

FERROL

Tres días después de que la playa se declarara naturista apenas ha recibido la visita de nudistas. La indiferencia predomina entre los usuarios del arenal

23 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«¿Qué hay después de las últimas rocas de Porto Carrizo? Buscamos una playa nudista, pero aquí solo hay bikinis». Monique ayer no daba crédito. Recién llegada de Francia con su familia y tras aparcar su autocaravana en Pantín, buscaba la cala naturista de la que todo el pueblo de Valdoviño habla. Su gozo en un pozo, al arenal aún no había llegado el espíritu nudista y a ellos parecía cohibirles eso de quitarse la ropa delante de tanto bañador.

Tres días después de que se le diera a la playa esta distinción, ayer por la tarde nadie se desprendió de su traje de baño. Quizá cohibidos por la polémica que se ha levantado entre el vecindario, este tipo de usuarios no han asomado apenas por el arenal, a pesar de que entre los visitantes predomina la postura de la indiferencia.

«Qué más da que la gente llegue desnuda o vestida. Si todos mostramos respeto aquí debería reinar la paz», aseguraba Soraya, una joven que se desplaza desde el centro de Ferrol los días de sol para gozar de una cala tranquila que dice que no piensa abandonar «venga quien venga».

Y es que el público que frecuenta Porto Carrizo es mayoritariamente joven. Mantienen que el nudismo «no hace daño a nadie», aunque sí que aseguraban ayer que les chocará en un futuro próximo ver cómo la playa poco a poco toma otro cariz.

Los difíciles accesos a la cala cuando la marea está alta complican la visita de los más mayores, ya que las escaleras de rocas no son precisamente la entrada soñada para este colectivo. «Muchas veces son los vecinos que nunca han visitado esta playa los que más tienen que decir. Critican por criticar», señalaba Óscar, vecino de la localidad.

La medida adoptaba por el gobierno local ha dividido Valdoviño entre los partidarios de diversificar los arenales y atraer otro tipo de turismo y aquellos más conservadores. Estos últimos opinan que Porto Carrizo es una zona de costa muy resguardada por el viento y frecuentada por familias que no quieren que sus hijos vean cuerpos desnudos en la cala.

La alcaldesa de Valdoviño, María Isabel Álvarez, tiene claro que «los nudistas no son unos apestados, que la Constitución española no censura el naturismo y que a los niños hay que enseñarlos a ser tolerantes y a respetar el medio ambiente y el pensamiento de los demás. Hay cosas más importantes en el mundo por las que protestar sin molestar a unos bañistas que no dan ningún tipo de problema», añadió.