La propuesta se estrenó hace pocos días con un banquete a base de espaguetis, chuleta de cerdo y flan de vainilla
30 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Desde que la recesión económica golpea los bolsillos, los menús anticrisis no han dejado de multiplicarse por las pizarras de restaurantes y mesones gallegos. En Vigo, un restaurante del centro sorprendió a sus clientes el año pasado con una comida en toda regla a cambio de solo dos euros. Poco después, un establecimiento chino de la misma ciudad ideó un menú completamente gratis para trabajadores en paro. Y, ahora, el mesón Piñeiros de Narón ha dado el campanazo con un banquete consistente en dos platos, postre y bebida por solo 99 céntimos.
Para disfrutar de esta ganga gastronómica tan solo es preciso presentarse un miércoles en el restaurante, cruzar los dedos para conseguir sitio y aceptar de buen grado lo que ese día tenga a bien servirle Susana Iglesias, responsable del establecimiento y encargada también de sus fogones. «Este menú anticrisis lo ofrecimos por primera vez el pasado miércoles y la verdad es que resultó de maravilla. Hubo tanta gente que tuvimos que hacer dos turnos y después estuvimos fregando hasta las seis de la tarde», comenta esta hostelera con más de veinte años de experiencia profesional.
El menú que ofrece a diario Susana sale a 8,50 euros e incluye varios platos a elegir tanto de primero como de segundo. En la oferta anticrisis, en cambio, al comensal no le queda más remedio que contentarse con lo que haya. «Le podrá gustar o más o menos, pero la verdad es que es muy abundante», anota Iglesias. Y para que a nadie le quede dudas, la hostelera recita de cabo a rabo la propuesta con la que debutó en el mundo de los menús anticrisis el pasado miércoles: «De primero, puse espaguetis con atún; de segundo, chuleta de cerdo; y de postre, flan de vainilla».
Hace ocho meses
Tras trabajar en un buen puñado de restaurantes, Susana se animó a tomar las riendas de su propio negocio hace ahora unos ocho meses, cuando se enteró de que el local del mesón Piñeiros estaba disponible. «Después de unos cuantos meses de estar allí me di cuenta de que la gente no hacía más que hablar de la crisis, así que pensé que tenía que hacer algo para colaborar y fue así como surgió la idea de elaborar este menú», comenta Iglesias.
Susana explica que fijó el precio en 99 céntimos «con la esperanza de que los clientes dejasen el otro céntimo de propina» y, tras la experiencia del pasado miércoles, puede decir con satisfacción que los comensales no solo no esperan por el cambio, sino que muchos de ellos le dejan algún pellizco más.
Para asegurarse una mesa en el mesón de Iglesias no queda otra que presentarse allí y tener suerte. «Ese día no acepto reservas porque hay clientes de siempre a los que no podría decir que ya no hay sitio», señala la hostelera.
Aunque reconoce que la propuesta tiene cierto tirón publicitario, Iglesias asegura que pensó en ella para «revolucionar un poco el sector» y para ver si así «el gobierno se da cuenta de que los hosteleros andamos asfixiados y nos apoyan más», apostilla reivindicativa. Y al preguntarle hasta cuándo servirá su menú anticrisis, Susana no se atreve a dar una fecha concreta, pero responde con un compromiso firme. «Mientras haya crisis, lo mantendré».