Para Isabel Espiñeira Ríos, ferrolana y orgullosa de haber nacido en el barrio de Esteiro, aprendió a sus 69 años de edad a sacar más partido de su ordenador, herramienta tecnológica que solo utilizaba para volcar su pasión por la poesía. Su dominio de las palabras le hizo crear un «diálogo precioso» para una autobiografía visual que se vio obligada a recortar. Con todo, «quedó muy bien», concluye la ferrolana. Y eso que «no tenía noción de nada», advierte Isabel. Perteneciente a una familia trabajadora, a través de fotografías de la época rinde homenaje a sus padres y a su marido. También a su hijo, «mi mejor regalo de vida», explica la ferrolana. En aquella época, dice, «estaba pletórica. Éramos los amos del mundo».
Después llegaron los hijos, los nietos, y su afición por la pintura y por la poesía. «Ilusionada y feliz, viendo la vida en positivo» concluye un trabajo documental que le ha servido para reconciliarse con las nuevas tecnologías. «Tenemos muchas cosas que no sabemos cómo utilizar», reconoce Isabel. «Ojalá hubiese todos los meses algo así», dice en referencia al curso organizado por el Concello, que le ha permitido elaborar el vídeo que ella ha titulado Semblanzas de mi vida.