Ni el conselleiro ni, por supuesto, los responsables de Endesa olvidan que lo que está llamado a ser un referente turístico natural y de ocio fue, sobre todo, un revulsivo económico e industrial que hoy, una vez desaparecida la mina bajo las aguas, todavía puede seguir dando rendimiento económico.
En realidad, ya lo ha hecho. Hace un año un grupo polaco, KWB Konin, comenzaba a llevarse dos grandes excavadoras de rodete Takraf que durante veinte años sirvieron para perforar las entrañas de As Pontes para arrancar de ellas millones de toneladas de lignito pardo. En el lote, se incluyeron también tres Buckau Wolf, de menor capacidad. Por esta operación, la compañía recibió unos seis millones de euros, según detallaban ayer responsables de la compañía energética a Agustín Hernández. Prácticamente la mitad, aseguraban, de los contratos suscritos para el llenado del lago.
Ahora se abren nuevas expectativas. Un complejo minero, también eléctrico, de Macedonia ha mostrado su interés por adquirir excavadoras y cintas transportadoras.
Hace un año, se establecieron contactos también con Perú y Brasil, interesados en apiladoras. De su resultado, nada se ha sabido. Por ahora.