Laureles para una joven arquitecta

Beatriz Antón beatriz.anton@lavoz.es

FERROL

01 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los Premios Cerámica de Arquitectura e Interiorismo cuentan con ocho años de vida y un prestigio más que reconocido. Bastan algunos nombres para que se hagan una idea de su importancia. William J.R. Curtis , un destacado historiador y crítico de arquitectura inglés, presidió el jurado de la edición de este año, en el que también estuvieron, además, otros profesionales de primera línea, como es el caso de Martha Thorne , secretaria ejecutiva de los Premios Pritzker , o de Francesc Rifé , un prestigioso interiorista francés. Pues bien, todos estos primeros espadas del diseño decidieron el mes pasado que una joven arquitecta de Valdoviño merecía figurar entre los galardonados de este año. La afortunada en cuestión se llama Laura Fidalgo Soto , tiene 26 años y se llevó una mención de honor en la categoría de Proyecto Fin de Carrera por el diseño de un centro sociocultural y escuela de piragüismo en Redondela. «El proyecto consta de dos edificios separados físicamente, uno para centro sociocultural y otro para la escuela, y en cada uno de ellos hay una parte que está en tierra y otra que se adentra en el mar», explica la joven arquitecta desde el estudio coruñés de Andrés Reboredo y Franco Vázquez Díaz , donde trabaja desde hace dos años. Laura también me explica que, para realizar su proyecto, se inspiró en bateas, pantalanes y otras construcciones que acarician el mar sobre pilotes.

En este certamen organizado por la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos ( Ascer ), el primer premio en la categoría de arquitectura fue para el estudio OAB de Barcelona , por el proyecto del paseo marítimo de la playa de poniente de Benidorm. El de Interiorismo se lo llevó Tabuenca&Leache , por la rehabilitación de la Casa del Condestable de Pamplona. Y el del Proyecto Fin de Carrera fue a parar a manos de Mario González, un titulado en la escuela de Madrid, que mereció los laureles -y los 10.000 euros del premio- por el diseño de una bodega en La Rioja. La mención de honor de Laura no trajo consigo una contraprestación económica, pero ella se siente igualmente recompensada porque, además de tratarse de un certamen con mucha solera, en su categoría tuvo que competir con casi cincuenta profesionales de toda España. Laura asegura que, si pudiese dar marcha atrás y elegir carrera de nuevo, se volvería a quedar con la arquitectura. Y es que lo suyo con los lápices y la escuadras fue un auténtico flechazo. «La casa en la que viví toda mi vida la diseñó Alfredo Alcalá, con el que años más tarde trabajé durante algunos meses, y supongo que eso me influyó cuando era niña. Para mí, la arquitectura es pura vocación». Tenedor de Oro. Y de un certamen de arquitectura pasamos a otro que tiene que ver con los fogones. Nos referimos a los premios de gastronomía Tenedor de Oro , que se entregaron la semana pasada en la Feria Internacional de Silleda y entre cuyos ganadores se encuentra el Mesón do Cazador de Limodre (Fene). Ángeles Vilar , que comanda este templo del buen yantar junto a su marido, Eduardo Allegue , está más feliz que unas pascuas con el premio, ya que son los únicos que se entregan por votación popular, lo que significa, dice, «que nuestros clientes están contentos». Si todavía no conocen el mesón y piensan visitarlo, ahí van unas recomendaciones: prueben sus carnes de caza, los chocos en su tinta, los mejillones en salsa, y por supuesto, su tarta de chocolate y su flan de café. Están de muerte.