El Couceiro Freijomil mantiene cerrados dos patios por falta de seguridad

R.?P.?P.

FERROL

17 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El colegio Couceiro Freijomil de Pontedeume mantiene clausurados dos patios de su recinto un mes después de la entrega de los trabajos de construcción de un centro «permanentemente en obras», según denuncia la comunidad escolar. Las deficiencias de seguridad observadas en estos espacios impiden su uso y fueron denunciadas en reiteradas ocasiones. La última, hace una semana, cuando el colegio, situado al pie del muelle eumés, sufrió inundaciones originadas al rebosar el sistema de alcantarillado de la zona al coincidir fuertes lluvias con la pleamar. El mismo día, pero un año antes, ya había sucedido lo mismo.

La emergencia motivó una visita de técnicos de la consellería y responsables de las obras, así como del delegado provincial de la Xunta en A Coruña, Diego Calvo, que mostraron su intención de poner los medios para evitar que se reproduzca de nuevo la situación.

Pero los problemas continúan y las clases también, lo que ha colmado la paciencia de la dirección y, especialmente, de los padres. La APA del centro ha iniciado una campaña de recogida de firmas para trasladar a la jefatura territorial de la Consellería de Educación su malestar y la exigencia de que la situación se solvente con urgencia. Por el momento, han logrado recopilar 150 en un centro que escolariza a 300 pequeños.

Un muro demasiado bajo

El nuevo Couceiro Freijomil, que sustituyó a un edificio precedente, comenzó a recibir alumnos el pasado año, después de unas polémicas obras que obligaron a dar clases en barracones. Ahora las principales demandas pasan, una vez entregadas las obras, por solventar cuestiones de seguridad. El recinto cuenta con unas pistas polideportivas en altura todavía sin pintar y sin el material necesario para la práctica de deporte y aún por estrenar. El muro que lo rodea ni siquiera llega al 1,10 metros de altura exigidos por normativa: solo mide uno, para proteger una caída de más de siete. Por ello, la comunidad escolar en pleno exige una verja que garantice la seguridad de los pequeños y que evite la caída de balones durante los juegos al patio inferior, empleado para los recreos. De hecho, es el lugar principal para el descanso, ya que otro patio habilitado para los alumnos de infantil carece de un firme adecuado a este fin. Y por tanto, tampoco se utiliza.

El concejal de Educación, Javier Crespo, comparte la inquietud de la comunidad escolar y ratificó el apoyo del Concello en sus demandas. «Es una obligación», aseguró el edil. Sin embargo, desconoce cuándo se remediará la situación. Para evitar nuevas inundaciones es precisa la realización de una nueva canalización independiente de las aguas pluviales vinculada a tres obras: las del propio colegio, las del muelle y las de la ampliación de la calle Galera. No hay plazos, aunque asegura que Portos de Galicia, de quien depende la actuación portuaria, trasladó a los representantes locales su intención de actuar «en cuestión de semanas».