«Hai 50 anos apareceron aí uns tocóns coas súas raíces»

L.A.N.

FERROL

26 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El mar robó este año millones de toneladas de arena a la playa de Ponzos. Y Aquilino González, vecino de 77 años de la parroquia, observa con admiración las rocas y el manto de guijarros que han quedado al descubierto en la orilla. «Antes non había nada diso», lamenta que ahora el arenal se hace más complicado para el baño. Pero lo que más le llama la atención son esas manchas negras en forma de troncos que se perciben especialmente con la marea baja.

El depósito de turba descubierto en ese lugar ha despertado una gran expectación, y numerosos curiosos chapoteaban ayer de pantalón y camiseta en la orilla para intentar fotografiar algo o palpar y, si fuera posible, llevarse una porción de esa joya histórica.

«Tenemos que hacer de policías para que no lo estropeen», confirma un socorrista del puesto de Ponzos. En realidad, el expolio no es tal, ya que los restos carecen de otro valor que no sea científico o, en grandes cantidades, calorífico (la turba se empleaba antiguamente en calderas).

De un modo u otro, Aquilino señala hacia el hallazgo y sentencia que «non hai ninguén vivo nin morto que recorde algo como isto». Ni siquiera en su infancia oyó hablar de algo así.

No obstante, sí le vienen a la cabeza otros episodios de grandes crecidas del mar. «Unha vez chegou por enriba desta duna e retirou moita area -relata-; e quedou como un barro amarillo». La misma composición que protegía hasta la fecha la turba de la orilla. «Debe estar a menos dun metro» de profundidad, aventura.

En otra ocasión, «debe haber uns cincuenta anos, apareceron aí uns tocóns coas súas raíces». Señala hacia la base de la duna, «xunto a ese cano de aí». Según su recuerdo, eran «sete ou oito» árboles que «parecían cortados» deliberadamente. Para él, no hay más evidencia que esa para justificar una antigua plantación.

Le acompaña José Carneiro, también vecino de Covas, quien relata que «hai anos que viñera un enxeñeiro [de la mina de oro] cun plano antigo preguntando por un bosque de loureiro»; y apostilla: «Tal vez estivera aquí».