La Xunta abrirá el martes el tramo As Pontes-Cabreiros de la AG-64

FERROL

19 dic 2008 . Actualizado a las 11:35 h.

Los vehículos estrenarán el próximo martes el tramo de la autovía AG-64 que discurre entre As Pontes y la localidad lucense de Cabreiros. Tras sucesivos retrasos, la Xunta cumplirá in extremis su último compromiso, que pasaba por inaugurar antes de que finalizase el año el penúltimo de los cinco trechos en que se subdividió la ejecución de la vía entre Ferrol y Vilalba. Lo hará, sin embargo, con casi dos años de retraso sobre la previsión inicial, que fijaba para finales del 2006 la conclusión de los 8,6 nuevos kilómetros.

Ahora, en la víspera de Nochebuena y a poco más de tres meses para los comicios autonómicos, la Consellería de Política Territorial, Obras Públicas e Transporte anuncia la apertura de la fase más costosa, en términos absolutos y también relativos, y, paradójicamente, más corta de una autovía llamada a a ser el eje de comunicación entre Ferrolterra y la Transcantábrica. Cada kilómetro de la vía en el tramo pontés arrojará un coste cercano a los 4,7 millones de euros, ya que el importe final superará los 40,7 tras las dificultades surgidas durante el período de ejecución y que mantuvo estancada la actuación.

Sucesivas complicaciones

Los problemas comenzaron casi al mismo tiempo del comienzo de las obras. A finales del 2005 la Dirección Xeral de Patrimonio paralizó parte de los trabajos al comprobar que afectaban a un yacimiento arqueológico. La autorización de excavaciones en el milenario círculo lítico de A Mourela mantuvo frenada la intervención durante más de un año, lo que hizo que se aplazase el plazo de ejecución originario, de 18 meses, que debía permitir la apertura de la vía en febrero del 2007.

Obviamente, no fue así y una vez superado ese escollo se fijó la apertura del trayecto pontés en enero de este año, que tampoco llegó a cumplirse y que quedó postergado hasta el verano.

Pero el tramo escondía otra dificultad: la muerte de reos en el río Eume dio la voz de alarma sobre el posible filtrado y arrastre de tierras de la obra, con alto contenido en piritas, que, negado en primera instancia, fue finalmente confirmado por la Xunta. La acidez de este mineral, que llegaba en gran parte por las aguas del Chamoselo, un afluente del río eumés, rebajó el pH del cauce hasta cotas mil veces por debajo de lo normal y causó una grave alteración del ecosistema local, todavía sin resolver.

Así, la UTE Cabreiros, adjudicataria de las obras, tuvo que sellar taludes e instalar balsas de decantación para evitar que se repitiese de nuevo esta situación, lo que retrasó otra vez la obra y aumentó su coste en 1,5 millones de euros que se añadieron a los 39,2 del presupuesto de adjudicación.

Finalmente, con el 2008 se irán también los aplazamientos y quedará una vía en la que ayer todavía se trabajaba de forma intensa para que esté preparada para el tráfico que la aguarda a partir del próximo martes.