Y tras la nieve, llegó el hielo

Susana Peña

FERROL

Recorremos las vías pontesas más afectadas por la ola de frío e intentamos acceder sin éxito a las aldeas con más problemas

03 dic 2008 . Actualizado a las 12:10 h.

La nieve dio una tregua a As Pontes durante la noche de ayer. Pero no el frío. Las carreteras de la zona amanecieron totalmente heladas. Lo sintieron, sobre todo en las parroquias más altas, como O Freixo. Circular con el coche por el Monte Caxado durante la mañana de ayer era toda una aventura.

El termómetro marcaba los dos grados al comienzo de la subida por la AC-101 que une As Pontes y Ortigueira. Lucía el sol, pero se diluía conforme nos acercábamos al Monte Caxado. Allí nos esperaba una niebla que obligaba a reducir aún más la velocidad. Y no pasábamos de 50 kilómetros por hora: Somede, el parque eólico, O Freixo... Nos habíamos encontrado con la máquina quitanieves antes de la subida: primera señal de que las carreteras podían estar limpias. Pero también, primera equivocación.

Intentamos acceder al lugar de A Cabana, en O Freixo, a varios kilómetros de la carretera principal que sí se encuentra transitable. Es mediodía, y por la mayoría de las pistas que van hacia las parroquias aún no han pasado las máquinas: son pistas con una anchura máxima para un coche. ¿Y el arcén? Si hay, está cubierto por la nieve, y no nos da seguridad. Primer intento y primer patinazo en el hielo.

Retrocedemos y buscamos otra vía alternativa para acceder a otra de las parroquias, O Deveso, y nos encontramos con la misma situación y complicaciones para un turismo. No obstante, vemos rodaduras de coche que se abren paso a través de la nieve, pero que no consiguen acabar con el hielo. Allí no ha llegado aún la máquina quitanieves. Le perdemos la pista poco antes de llegar al Monte Caxado. Y tras este segundo intento, varios más. Todos, sin éxito.

Nos abrimos paso, como podemos, hasta llegar a una casa a la orilla de la carretera AC-101 pero cuyo acceso no hace muy recomendable meter el coche. Allí, uno de los vecinos comenta que las máquinas quitanieves llevan pasando desde primera hora de la mañana, pero solo por la vía principal y no en las pistas que van hacia las parroquias. Y nos dice además, que muchas de ellas están cubiertas por el hielo. En As Pontes no nevó, pero heló y con fuerza. «Sal por el otro lado, no vaya a ser que tengas problemas con la pendiente», nos recomienda al irnos.

Pero los que sí abundaban ayer en la carretera de Ortigueira, sobre todo ya cerca del Monte Caxado, eran los curiosos que inmortalizaban un paisaje del que formaban parte la nieve y los molinos de viento. Eso, y muñecos de nieve. Y algún que otro coche parado. Pero sobre todo, muchos todoterrenos. Totalmente equipados, que ellos sí que saben.

Logramos salir del pequeño bache nevoso y nos dirigimos hacia otro de los núcleos con problemas por la nieve: Goente. La carretera que comunica con Cabanas está limpia, pero resbaladiza. Comienza también a llover, lo que complica la circulación. En Goente hay más de lo mismo. Menos nieve en los arcenes, pero la misma sensación al volante de que el hielo nos espera en cuanto abandonemos la vía principal. Nos lo confirma una de las vecinas de la parroquia. Alguno de los panaderos que recorre los lugares ponteses ha decidido no bajar por las pistas, y hay quienes han llegado a Goente, pero con mucho retraso. «En vez de vir ás once, vin ás catro», dice.

Aislados no están, pero para acceder a ellos hace falta más que un turismo y toda la disposición del mundo: sobre todo, conocer el entramado de pistas que están alejadas de las carreteras principales y que permiten acceder a estos lugares en plena naturaleza desde otros rincones, posiblemente con vías en mejores condiciones.

Seguimos la carretera y el paisaje cambia por completo. Entramos en A Capela y allí no hay nieve. En pocos kilómetros, la escena es totalmente distinta. Del blanco al verde en cuestión de minutos. Es Galicia y sus curiosidades.