Cuando el sol aprieta, As Pontes «queda desierta»

Luís A. Núñez

FERROL

Tras la romería de A Fraga, la villa semeja por momentos «un pueblo fantasma»

27 ago 2008 . Actualizado a las 11:48 h.

«¿Dónde está la gente?» Es lo que se pregunta cualquier viajero que pasa por As Pontes una tarde cualquiera de agosto. La Festa da Fraga marca en este municipio el inicio de las vacaciones y los ponteses hacen la maleta para buscar el buen tiempo, la playa y alguna experiencia que contar a vecinos y amigos a la vuelta de septiembre.

Solo por las mañanas se puede ver cierto movimiento en las calles: «La gente baja a hacer la compra», explica una vecina. Pero a partir de la comida, la villa se queda desierta. «Solo faltan esas bolas de paja rodando por el suelo como en un pueblo fantasma», apunta Diana, una joven de 30 años que pasa sus horas muertas en una de las pocas cafeterías que quedan abiertas.

«Después de la Fraga pasa lo de siempre», evidencia. Y es que la mayor parte de los ponteses se van de vacaciones. Los destinos turísticos preferidos son las Rías Baixas, Portugal y los archipiélagos balear y canario.

Mientras tanto, José y María pasean junto a sus hijos, Ian y Alejandra. Reconocen que la crisis económica afecta también a los bolsillos de los ponteses, y que este año se ha quedado algo más de gente en la villa, aunque «generalmente queda desierta».

Muchos establecimientos hosteleros cierran ante la escasez de clientes. «Nos vamos turnando, y una semana cierran unos y la siguiente otros», explica José Luis Formoso, del mesón A Lareira, «pero siempre hay algo abierto», concluye.

El éxodo es más notable en lo que a la movida nocturna se refiere. As Pontes es un punto álgido los fines de semana. Por las noches, sus locales se llenan de jóvenes de toda la comarca. Eso no sucede en agosto. «No hay nada de nada», alega Diana, aburrida.

El comercio también experimenta el cambio. Eugenia Pena, del establecimiento Farma Vida, destaca que el mes transcurre «como el resto del año, pero sin el apuro de tener que atender a toda la gente, proveedores y demás». En definitiva, un agosto «demasiado tranquilo».

No pasa lo mismo con aquellos que comercian con productos de primera necesidad, como la panadería de Domingo López. «A xente ven sempre a polo pan», explica José Fernández. Pero los que hacen su agosto son las agencias de viajes. «Por las características socioeconómicas de As Pontes, no se han notado diferencias», explica Montse, de Barbol Travel, en la compra de vacaciones respecto al 2007.

Con este panorama. ¿Qué piden los ponteses que sufren el mes más desierto en la villa? Básicamente, más oferta cultural y de ocio. «Puede que el lago de la mina influya, pero no vendría mal un pequeño centro comercial», concluye José Fernández y su familia, que pasean plácidamente por la villa.