Una vecina de Limodre se encierra en el Concello para exigir agua corriente

La Voz

FERROL

04 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Teresa Vence Permui, una vecina de 57 años de la parroquia fenesa de Limodre, inició ayer un encierro en el Ayuntamiento de Fene para exigir que una decena de viviendas de la zona de Río Castro sean conectadas a la red general de suministro de agua. Teresa se presentó en el Concello cerca de las siete de la tarde, cuando comenzó la sesión plenaria y se instaló en el recibidor con un saco de dormir, medicinas y agua. Se niega a abandonarlo hasta que se resuelva su reivindicación.

«Me quedaré hasta que me deis una solución», contestó al regidor fenés, Iván Puentes, que, sentado en el suelo a su lado, intentó convencerla de que regresase a pasar la noche a su domicilio, y le prometió que el gobierno que dirige solucionará en el menor espacio de tiempo posible la situación de esas diez viviendas.

Los problemas de las casas de Río Castro comenzaron en el año 2000, cuando los pozos y manantiales de los que se abastecían a los vecinos comenzaron a enturbiarse y secarse. Los problemas han empeorado desde entonces. Teresa Vence cuenta que la falta del líquido les impide ducharse o lavar la ropa muchos días. Durante el último año, los vecinos instaron varias veces al Concello a conectar las casas a la red, que pasa a «300 metros». También el PP denunció recientemente el desabastecimiento al que están sometidos los vecinos.

Iván Puentes y el concelleiro de Obras de Fene, José Antonio López, señalaron que el Ayuntamiento ya ha aprobado un proyecto, valorado en 32.000 euros, para llevar el agua corriente a la zona. Ambos coincidieron en que al gobierno solo le falta la luz verde de la Diputación, que financiará la mayor parte de la obra, para licitar los trabajos.

Pero la paciencia de Teresa y los vecinos de Río Castro se ha agotado. Ella misma pidió al alcalde permiso para hacer un enganche provisional a la traída por su «cuenta y riesgo». Pero el gobierno local insiste en que esa intervención está prohibida por Aguas de Galicia.

En contrapartida, Puentes les ofreció llevar tanques de agua para abastecerse de forma temporal hasta que acaben las obras, pero los vecinos rechazaron esa solución porque muchos son mayores y tendrían problemas para ir a recogerla.

Cerca de las nueve y media de la tarde, sentados en el suelo, el regidor le pidió que no pasase allí la noche, y ofreció agotar las formulas legales para permitir el enganche provisional que pretende Teresa. Ella se mantuvo firme: «Ya sé que estáis pagando los platos rotos por un problema que viene de lejos -dijo-, pero no voy a moverme de aquí hasta que lo solucionéis». Al cierre de esta edición, Teresa Vence permanecía en el recibidor, con su saco, las medicinas y los teléfonos de la Policía Local y la Guardia Civil por si se producía una urgencia. Preguntada por su estado, contestó: «A ver si dormimos hoy [por ayer]».