La riqueza medioambiental del parque natural de las Fragas do Eume cobra otro matiz cuando las aguas del río se mezclan con las mareas en el estuario de Pontedeume. La contaminación orgánica derivada de los vertidos de aguas fecales procedentes de los distintos núcleos del municipio ha alcanzado niveles preocupantes tanto para los vecinos como para los mariscadores que ejercen a diario la extracción de almeja en los bancos de la ría.
Desde las administraciones se trata de hacer lo posible para poner freno a esta situación, pero aún queda mucho camino por andar. De hecho, el Concello ha cuantificado en dos los puntos de vertido directo de fecales que parten de los distintos núcleos del municipio pendientes de que se programe aún una solución viable.
Ayer mismo se culminaban las obras de Aquagest para recoger el saneamiento de la zona del hotel Eumesa e integrarlo en la red que comunica con la depuradora municipal de Centroña. Con esto, se dará por sellado uno de los puntos de vertido más céntricos que afectaba de manera más directa a los bancos marisqueros. Desde ahí se bombearán las aguas sucias para su depuración antes de devolverlas a la ría. También en Ombre se atajarán buena parte de los emisarios directos con la construcción de una nueva depuradora.
Sin embargo, quedarán ahora por programar las canalizaciones de otro emisario de Ombre y el vertido de Ber, que recoge el saneamiento de Boebre. No obstante, el gobierno municipal ha pedido ya a la Consellería de Medio Ambiente acogerse al programa de sellado de las rías gallegas y deberá ahora elaborar un proyecto que erradique esos dos últimos emisarios.