San Sadurniño presume de iglesia y convento con 500 años

FERROL

Esta semana, el 20 de marzo, se cumplen cinco siglos desde que una bula papal autorizó la reconstrucción del templo

16 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La iglesia de Santa María de San Sadurniño esconde bajo cada piedra, capitel, arco o retablo 500 años de historia. Hace cinco siglos, una bula papal autorizó la reconstrucción de este templo que se encontraba ruinoso. Los franciscanos, primero, y los dominicos, después, levantaron de nuevo la iglesia, convirtiéndola en un convento. Esta efeméride, que se cumple el próximo 20 de marzo, está organizada por la parroquia, al frente de la cual está Francisco Javier Martínez.

Los orígenes de este templo se remontan tiempo atrás, mucho antes del 1508. La semilla de esta edificación, situada en el centro administrativo de la villa, es una torre templaria, del siglo X. Los agustinos regulares fueron los que levantaron la primera iglesia, que luego quedó ruinosa.

Los señores de San Sadurniño, Inés de Castro y Lanzós y su esposo, Fernando Pérez de Andrade, decidieron hace 500 años dar un impulso al templo mediante la llegada de los franciscanos: «Solo estuvieron diez años, pero fueron los que dieron los primeros pasos para crear el convento», señala el párroco de San Sadurniño.

Los dominicos cogieron el testigo. Su presencia en el municipio estuvo marcada, según comenta Francisco Javier Martínez, por los desencuentros con los señores de San Sadurniño -hay 38 pleitos en el archivo del reino de Galicia-.

Con motivo de la desamortización de Mendizábal, los cinco monjes que quedaban en Santa María abandonaron el templo para reunirse con otros compañeros de su orden y tratar de salvar otras edificaciones situadas en las ciudades: «Aquellos monasterios que no tuviesen doce monjes, tenían que desaparecer».

Desde entonces, el cura párroco se hace cargo del edificio y en el siglo XIX se instala la casa consistorial y una escuela de niños. Francisco Javier cree que si el convento y la iglesia siguen en pie hoy es «porque al estar situados en un núcleo rural, pasaron más desapercibidos, no estorbaban».

Este templo conserva grandes tesoros, como un claustro con siete arcos de medio punto en cada lado; un retablo de 1680, sometido recientemente a un proceso de restauración; un banco sobre el que se sentaba la marquesa de San Sadurniño para escuchar misa; y una virgen de finales del XIX, entre otras muchas reliquias.

El complejo arquitectónico pide a gritos un plan integral de restauración. El párroco, que lleva solo seis meses en San Sadurniño, consciente de la gran inversión económica que supone una reforma de este tipo, ha empezado por obras pequeñas pero prioritarias: «Lo primero es sanear la red eléctrica, que es muy antigua. Estamos cambiando las luces de la iglesia, que eran unos fluorescentes de los que se ponen en la cocina».