Son doce, como los apóstoles. Pero no están organizando ninguna última cena ni nada que se le parezca. Más bien, todo lo contrario. Estos productores de la comarca del Eume han montado una asociación con la que defender la fruta autóctona.
Explican que la diferencia está en el olor, en el sabor... Y que muchas de las variedades que originalmente se consumían en la zona están en peligro de extinción.
Concursos
Antonio Fornos sabe algo de esto. Vecino de Campolongo, lleva desde los años ochenta arrasando en los concursos anuales de fruta de la fiesta eumesa de Las Peras. La Asociación Galega da Froita Autóctona do Eume es una de sus semillas. La pera Urraca, la cereza, las manzanas de Rato, Reina Reineta, Príncipe, Sangre de Toro... La lista es abultada, aunque estas variedades apenas se conservan en su estado original en frutales que se cuentan con los dedos de las manos. Y los doce miembros fundadores coinciden en señalar que no deben dejar de cultivarse, que superan en calidad a las especies comerciales «plagadas de tratamientos fitosanitarios».
Socio honorífico
Dar a conocer los frutos de la zona, incrementar su popularidad, su investigación y el estudio de su historia son parte de sus mandamientos. Pero también planean ir más allá. El secretario de la recién constituida entidad de fruticultores, Juan Bautista Marcote, explica que uno de los técnicos del centro de investigación agraria de la Xunta en Mabegondo, Francisco Otero Otero, será el primer socio honorífico de la asociación. El motivo es que estos amantes de la fruta autóctona contarán con su ayuda para llevar el nombre de las peras y las manzanas del Eume por las parroquias, además de colaborar con ellos en la creación de los primeros viveros experimentales de Galicia, en Ombre y en Doroña.
Allí se conservarán muestras recogidas en la comarca y alrededores para buscar el frutal más puro de cada especie y, tras lograr su certificación, promover el cultivo generalizado de esas especies. «Fomentar a horta familiar», es el objetivo más inmediato. También se atenderá a la tradición de la fruticultura con cursos en asociaciones y colegios para evitar que se pierdan nombres como los de la pera Urraca, con la que Antonio afirma que «se che fai a boca auga».
La entidad ya se presentó en Pontedeume, y seguirá su gira por Cabanas, Ares, A Capela, As Pontes y Monfero. Allí buscarán nuevos socios que se sumen a su causa. Para apuntarse no tienen más que ponerse en contacto con las asociaciones de vecinos de Andrade y Campolongo, en Pontedeume; Caamouco, en la villa aresana de Redes; y en la de Doroña, en Vilarmaior.