La empresa de Urdangarin y de la infanta Cristina evadió 1,7 millones

Melchor saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Urdangarin y la infanta Cristina, en Sanxenxo en el 2005.
Urdangarin y la infanta Cristina, en Sanxenxo en el 2005. Martina miser< / span>

La sociedad conjunta fue clave para eludir a Hacienda, según el sumario

18 ene 2012 . Actualizado a las 20:01 h.

Hubo «ánimo de lucro», «facturas de enorme desproporción» y «no imputables» a contraprestación alguna, «presupuestos ficticios», «adjudicaciones sin concurso», trabajos «que no correspondían a la realidad», «beneficio fraudulento», «apropiación de fondos públicos», «salidas invisibles» de dinero a paraísos fiscales y «voluntad de ocultar» la fortuna de esos contratos irregulares adjudicados por la «posición social e institucional» de Iñaki Urdangarin. El sumario de la operación Babel también incluye diversas referencias fiscales y bancarias sobre la infanta Cristina, aunque la Fiscalía mantiene todavía su tesis de que estaba al margen de los negocios de su marido.

Con estas premisas, Anticorrupción estima que Aizoon, la empresa propiedad al 50 % de Urdangarin y Cristina de Borbón, se embolsó 1,7 de millones de euros correspondientes a trabajos que nunca realizó y que facturó, principalmente, al Gobierno balear a través de, al menos, tres procedimientos diferentes. Las más de 2.000 páginas del sumario recogen informes de la Agencia Tributaria, policiales, facturas y declaraciones de imputados y testigos que confirman que el yerno del rey utilizó sus dos instituciones sin ánimo de lucro -primero Noos y luego la fundación de niños discapacitados- para hacerse con una fortuna que intentó ocultar en paraísos fiscales.

El gran pelotazo de Urdangarin fue, como se sospechaba, los Fórum Illes Baleares del 2005 y el 2006, dos cumbres deportivo-empresariales que el Gobierno del popular Jaume Matas adjudicó a dedo al instituto Noos por valor de 2,3 millones. De ese dinero, más de la mitad, exactamente 1.385.739 euros, fueron desviados sin contraprestación alguna a las empresas del duque y su socio Diego Torres, gracias a unos presupuestos «desproporcionados» de hasta el 170 % del coste real y de innumerables facturas falsas. En el bolsillo de Urdangarin terminaron 747.899 euros en una sola tacada y por no hacer nada. El yerno del rey no tuvo empacho en usar la inmobiliaria que comparte con su esposa para convertirse en el principal subcontratista de Noos y emitir facturas por conceptos vagos como «gestión de logística» o «diseño y dirección», cuando esos trabajos los realizaba otra empresa, según los informes de Anticorrupción y Hacienda.

El duque se embolsó directamente 300.000 euros para conseguir en el 2004 que el equipo ciclista Banesto pasase a denominarse Illes Balears y por una serie de trabajos de promoción que no llegaron a hacerse. El tercer golpe de Aizoon es posterior al aviso de la Zarzuela en la primavera de 2006, cuando el rey ordenó a su yerno romper con Noos.

Ya se sabía que Urdangarin no lo hizo y siguió vinculado a la red, sobre todo para servirse de la trama de evasión de capitales a Belice a través de su organización para niños discapacitados Fundación Deporte, Cultura e Integración Social. Lo que se desconocía es que usó esa institución y otra fundación para desviar a Aizoon otros 676.000 euros entre el 2006 y el 2009, cuando ya era directivo de Telefónica.

En todo momento, tanto la Fiscalía como la Policía Judicial apuntan a que la principal herramienta de Urdangarin para los fraudes era la empresa que comparte con su esposa. Entre la documentación incautada en los registros de la trama hay al menos dos documentos referidos a Cristina de Borbón. El primero data de junio del 2007 y es un borrador, escrito de puño y letra por el cerebro financiero de la trama, el abogado Miguel Tejeiro, cuñado de Torres, con instrucciones precisas sobre cómo debía haber su declaración de Hacienda la infanta, incluyendo su participación al 50 % en Aizoon, con un patrimonio entonces de más 578.000.

El segundo es una transferencia en diciembre del 2004 de 400.000 euros desde una cuenta a nombre de Urdangarin y su esposa a Diego Torres, sin que los investigadores hayan encontrado justificación legal.