La muerte de un nigeriano provoca una ola de violencia en Mallorca

g. n. redacción / la voz

ESPAÑA

La policía dice que fue un accidente, pero el colectivo africano culpa a los gitanos

30 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La muerte del nigeriano Efosa Okosun, de 28 años, al caer del balcón de un quinto piso en el número 58 de la calle Tomás Rullán (Palma de Mallorca) en la medianoche del pasado domingo desató una ola de altercados y violencia de carácter racial que se saldó con importantes desperfectos en el mobiliario urbano, quema de contenedores y abundantes daños en vehículos particulares en el barrio de Son Gotleu. Los disturbios se prolongaron durante buena parte de la madrugada y se reavivaron en el mediodía de ayer, cuando decenas de nigerianos protestaron en la calle por la muerte de Okosun y varios de ellos comenzaron a increpar y lanzar objetos y cascotes sobre la policía.

La tensión fue en aumento, mucha tensión, tanta que ni la intervención de la unidad antidisturbios de la Policía Nacional ha podido atajarla -hubo cinco detenciones-, pese a que, tras dispersar a los alborotadores a base de porras y pelotas de goma, sí logró devolver una cierta calma en el entorno de la plaza Fra Joan Alcina. Todavía en la tarde de ayer las calles acogían reuniones improvisadas de nigerianos que -bajo la atenta vigilancia policial, que desplegó un amplio dispositivo de seguridad- discutían acaloradamente sobre las circunstancias en que Okosun perdió la vida.

La comunidad africana sitúa en el origen de la caída al vacío del joven a tres personas de etnia gitana, con quienes habría mantenido un enfrentamiento en la noche del domingo. Los investigadores, tras los estudios preliminares del escenario y del propio cadáver, sostienen que Okosun murió de manera accidental y que en los hechos no hubo participación de otros.

Las autoridades de Palma temen que en esta «calma tensa» haya un rebrote de la violencia, por lo que el barrio de Son Gotleu permanecía ayer tomado por los agentes de la policía, con el fin de prevenir desórdenes. Para los vecinos, los disturbios son una constatación de lo que han denunciado en los últimos tiempos reiteradamente («sin éxito alguno»): la calle está tomada por los nigerianos.

El Ayuntamiento mediaba ayer en una reunión entre representantes de las comunidades nigeriana y gitana de Son Gotleu.