Zapatero se sorprende por los ataques y, pese a defender las bondades de la medida, recuerda que será temporal
01 mar 2011 . Actualizado a las 11:54 h.El Gobierno se encontró ayer con un opositor inesperado a su decisión de reducir el límite de velocidad en autopistas y autovías a 110 kilómetros por hora. Ya no son solo los «frikis» y «anarcoides» del PP, como los calificó el sábado el ministro de Fomento, José Blanco. El bicampeón del mundo de fórmula 1 Fernando Alonso criticó la medida, porque, a su juicio, no sirve para ahorrar energía, como argumenta el Gobierno. «No soy partidario; para ahorrar energía hay medidas más eficaces», contestó Alonso.
Fue aún más allá y, aludiendo a experiencias puestas en marcha en otros países, destacó que «para reducir la contaminación también hay otras medidas más eficaces, como restringir el acceso a las ciudades o permitir solo la circulación a los coches con matrículas pares o impares». Y concluyó con una razón práctica: «Es difícil mantenerse despierto circulando a 110 kilómetros por hora por una autopista de tres carriles».
Pese a las críticas, y a que el Gobierno se ha quedado prácticamente solo, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero reiteró ayer «la necesidad y la conveniencia» de la medida aprobada. Y no solo es útil para reducir el consumo de combustible, sino que, añadió, servirá también para reducir el número de muertos en las carreteras. Por eso, dijo, le resultan sorprendentes las críticas. No obstante su defensa de la bondad de la medida, destacó que «es temporal» y que se retirará en cuanto cambien las circunstancias actuales de encarecimiento del crudo debido a la situación política en los países árabes.
Pese a los ataques recibidos desde el Gobierno, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, insistió ayer en sus críticas a una decisión que, en su opinión, «no da la mejor imagen de España ni del Gobierno» en el extranjero.