El Gobierno pide a los sindicatos una respuesta proporcionada al recorte

Ramón Gorriarán MADRID.

ESPAÑA

Rubalcaba recuerda que Rajoy formó parte de un Gobierno que congeló los salarios en plena bonanza económica

17 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Rodríguez Zapatero siempre ha presumido de la paz social como uno de sus grandes méritos políticos, pero ese logro corre el riesgo ahora de evaporarse ante la posibilidad de que las centrales convoquen una huelga general en respuesta al plan de ajuste. El ministro de Fomento, José Blanco, se puso la venda antes de sufrir la herida y solicitó a UGT y CC.?OO. que den «una respuesta proporcionada» al recorte de gasto social. El vicesecretario general de los socialistas lanzó el mensaje dentro de una ofensiva del Ejecutivo en defensa de las medidas anunciadas el pasado miércoles.

Zapatero teme más que a nada una huelga general. El líder de UGT, Cándido Méndez, forma parte del reducido círculo de personas a las que consulta algunas decisiones, y con el de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, mantiene una buena relación. El trato preferente llega al extremo de que ambos fueron informados con antelación del paquete de medidas que presentó en el Congreso. Zapatero teme, sin embargo, que las buenas relaciones no impidan la convocatoria de una huelga general en respuesta al ajuste.

Con la intención de voto al PSOE más baja que nunca, la valoración de Zapatero por los suelos y las negras perspectivas para las autonómicas y municipales de dentro de un año «solo falta la huelga», comenta un influyente dirigente del partido gubernamental. El Gobierno teme, además, que el deterioro de las relaciones con UGT y CC.OO. se agudice si tiene que imponer una reforma del mercado de trabajo.

Ante estas perspectivas, el titular de Fomento aprovechó un acto con las Juventudes Socialistas en Toledo para dar el primer aldabonazo preventivo. Blanco pidió mesura y responsabilidad a los sindicatos porque no pueden olvidar que «hay mucha gente en paro» y los que tienen un empleo, en vez de hacer huelga, deberían ser solidarios y «contribuir de forma equitativa» al reparto de esfuerzos para salir de la crisis. Defendió además las dos medidas que más han escocido a las centrales, el recorte de sueldos de los funcionarios y la congelación de las pensiones, porque el recorte del gasto no es un capricho del Gobierno sino que todos, las empresas privadas y las familias, se han tenido que «apretar el cinturón para salir adelante».

No habrá adelanto electoral

Recordó que mientras Mariano Rajoy estuvo en el Gobierno se congelaron el salario mínimo, las pensiones y el sueldo a los funcionarios pese a que entre 1996 y 2004 se disfrutó de una etapa de bonanza económica. «Lo que más me revuelve el estómago -dijo- es ver a Rajoy poniéndose el disfraz de Robin Hood» con estos antecedentes en su gestión gubernamental.

Blanco no fue el único miembro del Gobierno que arremetió contra el presidente del PP. El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, sostuvo que al líder opositor «la crisis le importa un bledo», y lo que hace es «utilizarla para desgastar al Gobierno» y así intentar ganar las elecciones. Rajoy «lo que combate es el Gobierno, no la crisis», añadió Rubalcaba, quien denunció que las medidas alternativas propuestas por el presidente del PP forman parte de un discurso «demagógico, populista o algo peor» porque sabe que el recorte que plantea es «ridículo» para hacer bajar el déficit.

Rubalcaba admitió que la decisión de lanzar el plan de ajuste no fue agradable. «No nos gusta nada lo que estamos haciendo», subrayó al tiempo que defendió su necesidad. Aseguró, no obstante, que Zapatero, pese al mal momento, no se plantea un adelanto de las elecciones porque esa salida sería «lo peor» para España.