Dice que «los que han metido la mano en la caja deben ir a la cárcel», pero rechaza que se investigue a «inocentes»
22 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.El PP ha abandonado la estrategia de minimizar y silenciar el caso Gürtel recomendada por Rajoy para pasar definitivamente al ataque. Tras los duros ataques al Gobierno de la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, que acusó al Ministerio del Interior de organizar una campaña contra el PP, ayer le tocó el turno al vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons. El diputado valenciano insistió en la misma línea y acusó al Ejecutivo de «filtrar piezas policiales inservibles para dañar a la oposición».
El cambio de estrategia del PP llega después de comprobar que las acusaciones amenazan con extenderse a otros destacados dirigentes del partido, además de a Francisco Camps o Luis Bárcenas. La publicación de los supuestos regalos recibidos por la alcaldesa valenciana, Rita Barberá, y por el portavoz en el Senado, Pío García Escudero, que admitió haber sido obsequiado con un teléfono móvil, ha hecho saltar la alarma. Sin llegar a negar que las dádivas existieran, como ha hecho Camps, González Pons trató de restar trascendencia a los regalos.
«La supuesta grabación es del 2 de enero, en plenas Navidades. ¿Y quién no recibe un regalo en Navidad?», se preguntó en relación con con la cinta en la que el Bigotes asegura que obsequió a Rita Barberá con un bolso de una lujosa marca. El portavoz del PP aseguró que la investigación sobre esa grabación «quedó guardada en un cajón» al concluirse que «no había indicios de delito» y pese a ello «alguna mano negra la filtró con intención de hacer daño al PP».
Tal y como hizo De Cospedal, Pons acusó directamente al Ejecutivo de ser esa «mano negra» y de utilizar a las fuerzas de seguridad para perjudicar a su partido. «Nunca desde 1975 el Gobierno había utilizado a la policía contra la oposición», concluyó. Sin embargo, el responsable de Comunicación introdujo una matización inédita, admitiendo abiertamente por primera vez que miembros de su partido se han lucrado gracias a la trama corrupta de Correa.
«Quienes han metido la mano en la caja deben ir a la cárcel, pero no entendemos que personas inocentes sean investigadas y reciban descrédito», señaló Esteban González Pons.
Las picotas de Aguirre
En esa estrategia de minimizar la trascendencia de los regalos recibidos participó ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que afirmó que cuando en alguna ocasión le han regalado «cosas valiosas» las ha devuelto. Pero a continuación ironizó sobre la relevancia penal de los regalos. «El otro día acepté unas picotas y, según me las comía, pensaba: ¡huy!, ahora me van a sacar en el Gürtel», explicó entre risas.
La única buena noticia que recibió ayer el Partido Popular sobre el caso es que la Fiscalía Anticorrupción denunciará ante un juzgado las filtraciones del sumario en determinados medios de comunicación durante los últimos días. La denuncia se sumará a la que ya tramita desde hace semanas un juzgado de Madrid.