Bermejo dimite por la cacería al quedarse sin apoyos en el PSOE

ESPAÑA

Zapatero aceptó la renuncia que ya le había presentado el jueves por el desgaste que suponía mantenerlo

24 feb 2009 . Actualizado a las 11:37 h.

«No puedo tolerar la utilización de los acontecimientos que todo el mundo conoce contra los ideales del PSOE». De esta forma justificó ayer Mariano Fernández Bermejo su dimisión como ministro de Justicia por el escándalo desatado tras la cacería en la que participó, sin licencia, junto al juez Garzón, cuando este acababa de destapar la trama de corrupción que afecta al PP.

Era notorio que había perdido el favor de Zapatero, pero se creía que el presidente esperaría a la primera remodelación gubernamental para prescindir de sus servicios y no ceder así a las exigencias de los populares para que abandonara el cargo de inmediato. La proximidad de las elecciones y la utilización sistemática del caso por Rajoy en la campaña convirtieron en inaplazable su salida.

Fernández Bermejo ya había presentado su renuncia irrevocable a Zapatero el pasado jueves, pero este le emplazó a una nueva reunión, que se celebró ayer por la mañana en el palacio de la Moncloa, en la que la aceptó definitivamente. Fuentes gubernamentales aseguran que el hecho de que participara en la cacería sin tener la licencia correspondiente supuso la puntilla para él, ya que se considera algo muy grave tratándose del titular de Justicia. El malestar creado en las filas socialistas -del que poco antes de la dimisión dejaban constancia pública José Bono y Patxi López- y el desgaste electoral que representaba mantenerlo en el cargo resultaron decisivos para apartarlo en este preciso momento.

Huelga de jueces

A todo ello se unía la primera huelga de jueces de la historia, que un ministro provocador y poco dado al consenso no supo evitar, luego trató de minusvalorar y a la que respondió con el anuncio de una ley para prohibir ese tipo de protestas.

De hecho, Zapatero ya había decidido este fin de semana su relevo por Francisco Caamaño, de 46 años, hasta ahora secretario de Estado de Asuntos Constitucionales y Parlamentarios, catedrático de Derecho Constitucional y un hombre dialogante y de consenso muy próximo a María Teresa Fernández de la Vega. La vicepresidenta ha sido muy crítica con la gestión de Bermejo, al que evitó defender el pasado viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Tanto la vicepresidenta como el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, pusieron el nombre del coruñés de Cee sobre la mesa, pero el presidente del Gobierno ya le tenía en cartera por su importante y discreta labor en la negociación del Estatuto catalán.

El primer ministro de Zapatero que se ha visto obligado a dimitir por un escándalo explicó en una comparecencia convocada de urgencia, en la que no admitió preguntas, que «nadie debe estar amarrado al banco si no es para servir» y él ya no se veía en condiciones de hacerlo. «Cuando uno es utilizado en contra de su proyecto debe irse», insistió. Bermejo anunció que seguirá en la política como diputado.