Caamaño tiende la mano a los jueces y pide «diálogo sincero»

Efe

ESPAÑA

El nuevo ministro de Justicia aboga por la modernización de la Administración y la búsqueda de consenso.

24 feb 2009 . Actualizado a las 21:52 h.

El ya nuevo ministro de Justicia, el gallego Francisco Caamaño, ha asumido el cargo con un claro mensaje conciliador y de diálogo, tras la primera huelga de jueces en la historia del país.

«No cejaré en mi empeño de un diálogo sincero y abierto con todos los colectivos de la Administración de Justicia», ha manifestado Caamaño tras el traspaso de cartera de manos de su ya antecesor, Mariano Fernández Bermejo.

Éste presentó el lunes su dimisión tras un escándalo político provocado por una cacería para la que carecía de licencia con el juez Baltasar Garzón, mientras éste instruía el sumario sobre una trama de corrupción que salpica presuntamente al Partido Popular (PP) y el que ha imputado a 37 personas.

Caamaño, de 46 años, juró a primera hora de la mañana su cargo ante el rey Juan Carlos en el Palacio de la Zarzuela, la residencia oficial del monarca.

Al acto acudió también el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, de la que se le considera una persona muy cercana. Allí, no obstante, no estuvo Bermejo, quien sí acudió posteriormente al traspaso de carteras en el Ministerio.

Caamaño, catedrático de Derecho de 46 años, era hasta ahora secretario de Estado de Asuntos Constitucionales y Parlamentarios.

Hoy se convirtió en el tercer ministro de Justicia de los dos gobiernos sucesivos de Zapatero.

Antes de la llegada de Bermejo al Ministerio de Justicia, en febrero del 2007, la cartera la ocupaba Juan Fernando López Aguilar, que renunció a ella para competir por la presidencia regional de Canarias.

Bermejo, de 61 años, es el primer ministro de Zapatero que se ha visto obligado a dimitir por un escándalo político, después de que la cacería en la que coincidió con el juez Garzón.

La revelación de que Bermejo carecía además de licencia para cazar en Andalucía, donde se produjo la batida, le complicó aún más las cosas. El lunes, al anunciar su renuncia, dijo a la prensa que el PP le estaba «utilizando» como munición contra el gobierno. Zapatero congeló durante cuatro días las dimisión de Bermejo, que ya se la había ofrecido la semana pasada.