Los educadores podían entrar en las duchas de las chicas

La Voz

ESPAÑA

04 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Tatiana nació en A Coruña, pero a los 16 años huyó a Cádiz, donde vivía su novio, cansada de los abusos sexuales de su padre, al que denunció ante la Guardia Civil del Puerto de Santa María. Entonces fue ingresada en un centro de Chipiona, pero se fugó «por estar harta del trato recibido». Posteriormente fue ingresada de nuevo. Según Tatiana, «los educadores podían hacer con nosotros lo que querían, incluso entrar mientras nos duchábamos». Durante su estancia dice que sufrió fuertes presiones psicológicas para retirar la denuncia contra su padre, y la trasladaron a un centro en Galicia cuando a través de su novio puso una denunciante la Fiscalía del Menor. «Estoy muy deprimida. No puedo dormir y cada día se me hace eterno por lo mal que lo estoy pasando aquí», escribió en una carta.