El escándalo del espionaje trastoca el foro previsto para relanzar el PP

Magis Iglesias? / ?G. Bareño

ESPAÑA

Aguirre se dedicó a bromear con otros dirigentes, a los que dijo que «el temporal parece que amaina»

25 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El primer Foro Abierto del PP tenía como objetivo lanzar una nueva imagen de Mariano Rajoy y un mensaje renovado de un PP moderno. Pero el escándalo del espionaje en Madrid sobrevoló el encuentro, en el que los dirigentes fingieron sus discursos ante unos militantes abatidos. El alcalde Alberto Ruiz-Gallardón se erigió el adalid de la unidad en pleno enfrentamiento con la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, que se refugió en la gestión económica contra la crisis y la defensa de los principios y valores ideológicos del PP.

El mismo enfrentamiento de siempre, agudizado, en esta ocasión, por las sospechas y acusaciones de espionaje entre unos y otros. Mientras su gente pedía que rodaran cabezas en la comunidad, el alcalde llamaba a la unidad de todos «en un gran abrazo que tiene que superar todas las divisiones». Acudió a las esencias -al PP de Aznar y al de Fraga- y pidió «remar en la misma dirección» para dar paso y sembrar de optimismo a los más jóvenes, representados en el foro por el presidente de Nuevas Generaciones.

Dardos y bromas

En un mensaje transversal copiado de Obama, Gallardón llamó a sus compañeros de partido a «acabar con las dicotomías antiguas», momento en el que disparó uno de sus dardos a Aguirre al afirmar: «Hoy no es día de enfrentar lo público y lo privado y a España con sus comunidades autónomas». «No dividir la sociedad en bandos», «no levantar trincheras», «unirnos y convocar a todos» y «remar en la misma dirección» fueron algunos de sus deseos.

En cambio, Esperanza Aguirre se aferró a su discurso de siempre. También emuló a Obama, pero solo en el teleprompter que le iba indicando el camino a seguir para defender «los principios morales, los valores y la ideología» del PP de siempre. Repitió mecánicamente sus recetas económicas para superar la crisis, arremetió sin mucha pasión contra José Luis Rodríguez Zapatero y ocultó en todo momento sobre el escenario el escándalo que le afecta.

Aguirre dejó de fingir en los pasillos y, cada vez que saludaba a alguno de los dirigentes de su partido, bromeaba con el caso de los espías. «¿Qué tal?», le preguntó la ex presidenta del Congreso Luisa Fernanda Rudi. «Ya ves, capeando el temporal, aunque hoy parece que amaina», le respondió Aguirre, quien, sin perder la sonrisa, iba preguntando a diestro y siniestro: «¿Y a ti no te han espiado, tú que eres todopoderoso?».

Feijoo apela a la casa común

Y el foro continuó. Con la intervención, entre otros, de Alberto Núñez Feijoo, quien, en un discurso de hondo calado político y próximo al de Gallardón, abogó por «un esfuerzo común», ya que en el PP, «a pesar de las discrepancias, de las divergencias y los enfrentamientos coyunturales, compartimos una gran causa común». Feijoo invitó al partido a mirar al futuro sin que eso suponga renunciar al legado de dirigentes anteriores. «Avanzamos sostenidos por los brazos de los que nos han parido y nos quieren», afirmó en una intervención en clave nacional pero cuajada de guiños a la batalla interna en el PP.