Rouco insta al olvido y a la reconciliación ante el debate sobre la memoria histórica

Alejandro Posilio

ESPAÑA

25 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

«Es necesario cultivar el espíritu de reconciliación, sacrificado y generoso, que presidió la vida social y política en los años llamados de la transición a la democracia. A veces es necesario saber olvidar. No por ignorancia o cobardía, sino en virtud de una voluntad de reconciliación y de perdón verdaderamente responsable y fuerte».

Son palabras del presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco Varela, ayer en su discurso inaugural de la asamblea plenaria de esta institución. En una crítica implícita a la Ley de la Memoria Histórica, el cardenal arzobispo de Madrid también instó a la sociedad española a prestar atención a las responsabilidades morales en tiempos de crisis económica.

El presidente del episcopado recordó que la historia de España de los dos últimos siglos ha estado jalonada por tensiones que más de una vez han desembocado en «enfrentamientos fratricidas». «El último y más terrible de todos tuvo lugar en los años treinta del siglo pasado, en el contexto de una situación internacional de confrontación entre ideologías totalitarias de distinto signo», añadió.

Aunque Rouco Varela reconoció que la actual situación internacional ya no es la misma, advirtió que siempre es necesario vigilar para «evitar de raíz actitudes, palabras, estrategias y todo lo que pudiera dar pábulo a las confrontaciones que puedan acabar siendo violentas».

Asimismo, reconoció que hay «una justificada inquietud ante el peligro de un deterioro de la convivencia serena y reconciliada» que ya se ha logrado en esta sociedad. De ahí que la Iglesia se muestre partidaria de «saber olvidar». Pues solo así se conseguirá «una auténtica y sana purificación de la memoria».

Liberar a los jóvenes

Igualmente, insistió en que «a los jóvenes hay que liberarlos, en cuanto sea posible, de los lastres del pasado, no cargándolos con viejas rencillas y rencores, sino ayudándoles a fortalecer la voluntad de plena concordia y de amistad, capaz de unir pacíficamente las personas, las familias y las comunidades que integran la España actual».

Sobre la crisis económica, el purpurado pidió que se reflexione sobre los orígenes morales de la grave situación y sobre si la vida económica no se ha visto dominada por la avaricia de la ganancia rápida y desproporcionada a los bienes producidos».

Estas palabras no sentaron nada bien al vicesecretario general del PSOE, José Blanco, que se mostró sorprendido por la apelación del presidente de la CEE al olvido y al perdón para superar las heridas de la Guerra Civil, «cuando está promoviendo canonizaciones de aquel momento», dijo. Tras la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal, Blanco aseguró que «no se puede borrar la memoria histórica de nuestro país», pese a que «algunos tienen amnesia en función de si les conviene o no».

Blanco replicó del mismo modo a las afirmaciones del cardenal arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, sobre la «cristofobia» que, a su juicio, supone retirar crucifijos de las escuelas públicas, crítica que también surge de una sentencia judicial dictada en relación a un centro de Valladolid.

El dirigente socialista subrayó que dado que la inmensa mayoría de los españoles son católicos, su Iglesia ha sido y seguirá siendo «reconocida y apoyada», pero mostró su conformidad con la decisión del juez «En los colegios públicos no debe haber crucifijos, porque hay que respetar las creencias de todo el mundo; y se lo dice un creyente», apostilló.