ETA intensificó su extorsión a empresarios para alcanzar un presupuesto de 2,5 millones de euros anuales

Fernando Iturribarría

ESPAÑA

20 feb 2008 . Actualizado a las 10:59 h.

ETA proyectaba llegar en el 2004 a un presupuesto de funcionamiento estimado en dos millones y medio de euros, a partir de unos ingresos anuales en el ejercicio anterior de 900.000, gracias a la intensificación de las campañas de extorsión a empresarios y la multiplicación de grupos de recaudación. A esta conclusión han llegado los servicios antiterroristas franceses tras el análisis de la contabilidad de la tesorería general intervenida en el otoño del 2004, en Salies de Béarn (suroeste de Francia), a la entonces presunta jefa del aparato de finanzas, Soledad Iparragirre, Baltza .

Los datos contables de ETA fueron expuestos ayer por los policías antiterroristas Stéphane Durey y Jérôme Broglio, en una comparecencia bajo juramento como testigos ante el tribunal especial de París, que celebra desde el lunes el primer proceso en Francia contra el aparato de extorsión o Gezi. El recinto de los acusados está ocupado por Ane Miren Alberdi, Carlos Saez de Egilaz y Kristina Goirizelaia, que fueron detenidos el 10 de enero del 2003 en Dax (Las Landas) en posesión de 72.000 euros que, según la acusación, acababan de cobrar a un industrial vizcaíno.

Una «mina de oro»

El capitán Durey, adjunto a la dirección de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) para los asuntos vascos, explicó que la documentación confiscada en la casona rural que ocupaba Iparragirre con su compañero Mikel Albisu, Antza , supuesto integrante de la ejecutiva etarra, fue «una mina de oro» para los investigadores.

En concreto, se descubrió que Gezi había tomado la decisión de multiplicar grupos como el desarticulado en Dax para ampliar una partida de ingresos que no llegaba al millón de euros a finales del 2003, originada «en un 90 o 95% por el impuesto revolucionario».

El responsable policial recordó el hallazgo, en diciembre del 2003, de 144 cartas de extorsión listas para ser enviadas a destinatarios codificados, en un coche abandonado en un paraje de Las Landas. Posteriormente, el comandante Broglio, compañero de unidad, cifró en 2,5 millones la cantidad presupuestada para el 2004, según una estimación hecha a partir de los propios datos financieros de la tesorería etarra.

Como desde la casona bearnesa se gestionaba la distribución de las asignaciones mensuales a los diversos aparatos y militantes, se ha podido determinar que «ETA tenía en octubre del 2004 entre 70 y 80 clandestinos en territorio francés», indicó Durey. El testigo contextualizó esta cifra con la oleada de detenciones practicadas en las filas etarras en los años inmediatamente precedentes, a un promedio de 50 arrestos anuales.