Las capturas de bonito caen a la mitad con respecto a la costera del 2010

mercedes salas MADRID / EFE

ECONOMÍA

El gerente de Armadores de Burela, Miguel Neira, afirma que las capturas «están muy lejos» de las obtenidas en el 2010, entre un 50 % y un 52 % menos.

04 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La costera del bonito avanza este año marcada por la escasez de capturas, mientras cunde la preocupación entre la flota porque el alejamiento de la especie y el encarecimiento del precio del gasoil hacen cada vez más difícil una pesca rentable.

Fuentes de las cofradías de Galicia, Asturias, País Vasco y Cantabria aseguraron ayer que las descargas de bonito registradas desde que empezó la campaña apenas llegan a la mitad de las desembarcadas en el mismo período del 2010, año en el que, por el contrario, el sector vivió una costera excelente.

El gerente de Armadores de Burela, Miguel Neira, afirma que las capturas «están muy lejos» de las obtenidas en el 2010, entre un 50 % y un 52 % menos. En lo que va de año, según datos de la Consellería do Mar, en la lonja de esa localidad, la de referencia en la especie, se han descargado 593.155 kilos, con una facturación de 2,8 millones. En el mismo período del 2010, los desembarcos ascendieron a 1,28 millones de toneladas y el valor comercializado fue de 4,27 millones de euros.

A medida que transcurre la temporada, crece el desánimo entre los pescadores del área del Cantábrico, que en muchos casos esperaban salvar el año con el bonito y compensar, por ejemplo, la carencia de recursos como la xarda.

Precios

Ante el descenso de oferta, los precios son superiores a los obtenidos en la pasada temporada, y en el caso de Burela alcanzan los 4,70 euros por kilogramo, mientras que en el 2010 rondaron los 3,30 euros. En las lonjas de Guipúzcoa oscilan actualmente entre los 3,50 y los 4 euros. Pero los pescadores insisten en que esta subida no basta para costear el gasto en combustible. Y más teniendo en cuenta que los atunes se han desplazado más allá del golfo de Vizcaya, por lo que, para encontrarlos, los pescadores deben desplazarse a aguas de Irlanda y pasar cuatro o cinco días en la mar.