La pesca gallega tacha de simplista una reforma que considera letal

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Cree que la prohibición de los descartes puede llevar al sector a la ruina

21 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Nadie alberga la más mínima duda de que elevar a rango de ley la propuesta de reforma de política común pesquera (PCP) tal y como la comisaria griega Maria Damanaki la presentó el 13 de julio -que se inspira sobre un postulado según el que sobrarían 2.500 barcos gallegos- es condenar al sector a una «muerte segura». Eso que en Galicia dijo Jesús Etchevers, presidente de la asociación coruñesa Arpesco, lo expuso, pero en francés, Olivier Le Nézette, presidente del comité de pesca de Lorient. Es más, hay quien sostiene que esas 2.500 víctimas serían pocas. Más apocalíptico fue Luis Santiago, de Marín: «Es como clavarle los clavos al ataúd». Acuicultores al margen, en Galicia todos los estamentos pesqueros se han manifestado en contra de un documento que prima la recuperación de los caladeros sobre la flota comunitaria. Y que, además, perpetúa unas reglas de juego, como los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas, que el anterior comisario, mecenas del Libro Verde de la Pesca, había dado abiertamente por fracasadas.

Soluciones fáciles

«O problema que ten a reforma como a presentou a comisaria é que cae nunha excesiva simplificación, cando do que se está a falar é de situacións complexas que se interrelacionan e que teñen vertentes económicas, sociais e biolóxicas», sostiene Jesús Lourido, delegado de flota de Puerto de Celeiro. Ese simplismo al que alude lo ilustra con un ejemplo gráfico Etchevers: «La comisaria dice que los tripulantes ganarán el 50 o el 100 % más; es como decir que en A Coruña sobran notarios, que se quite la mitad y el resto cobrará más... ¿Y qué hacemos con los notarios y empleados de las notarías?».

«Aísla os problemas (e en algúns ten toda a razón) e non dá unha solución de conxunto», agrega Lourido. Es más fácil decir «prohibidos los descartes»que atreverse a tocar el principio de estabilidad relativa -la clave de reparto de cuotas entre Estados- o dejar que haya en la pesca un verdadero mercado común, lo mismo que en otras políticas europeas.

También atacan por el lado medioambiental. «Que as pesqueiras non estean ao rendemento máximo sostible, non quer dicir que estean mal, senón simplemente que non están no escenario ideal e marabilloso que deberían», expone Lourido.

Lo de los datos científicos constituye también un misterio para Uxío Labarta, coordinador del CSIC en Galicia. «Non sei como fan as avaliacións, pero sorpende porque non coinciden coa realidade». Se remite al caso del lirio, pero, sobre todo, de la merluza. «Hai evidencias da abundancia nos portos e nos mercados e non se entende por que hai unhas conclusións tan dramáticas por parte dos datos científicos» y, por ende, en las políticas comunitarias.

Sobre la supuesta sobreexplotación de las principales pesquerías comunitarias, el sector hace una precisión y es que no son precisamente los stocks que explota la flota gallega los que se encuentran en peor situación.