La crisis se tragó 3.100 euros del poder adquisitivo de los gallegos

Miguel Á. Rodríguez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Los salarios crecieron un 3,8 % en cuatro años, mientras el coste de la vida se disparaba un 9,4 % desde el 2007

06 jun 2011 . Actualizado a las 10:32 h.

El castigo de la crisis está siendo especialmente cruel con los que menos cobran y disponen de una menor renta para cubrir sus necesidades. Galicia está en el centro de esa diana. Desde agosto del 2007, cuando formalmente germinó la crisis de las hipotecas basura, el salario medio de los gallegos ha crecido únicamente un 3,8 %. En paralelo, el coste de la vida en Galicia es ahora un 9,4 % mayor que hace cuatro años. Este doble castigo, de casi forzosa congelación salarial por un lado e inflación por otro, ha terminado mermando en cerca de 3.100 euros la capacidad adquisitiva de los gallegos.

Encima, la comunidad autónoma figura entre las tres con los peores salarios del Estado, compartiendo podio con Extremadura y Canarias. Es la que ofrece unas pensiones más bajas a sus jubilados. Y se sitúa entre las tres que pagan los subsidios por desempleo más cortos del país.

Hace cuatro años, el salario medio de un gallego rondaba los 16.800 euros. Hoy, los informes oficiales calculan que la remuneración anual de los que disfrutan de un contrato laboral está en la media de los 18.300 euros. Pero es un dinero que vale mucho menos.

Otro indicador fiable, el producto interior bruto per cápita, tampoco favorece a Galicia. El ejercicio del 2007 se cerró con un PIB en la comunidad autónoma de 54.107 millones de euros, lo que arrojó un reparto per cápita cercano a los 19.362 euros.

Al año siguiente, el PIB se disparó hasta los 56.220 millones y el reparto per cápita superó por fin la barrera de los 20.000 euros, un dato que hasta entonces no se había alcanzado en Galicia, pero que todavía se situaba a casi dos mil euros de la media nacional.

Con el progresivo avance de la crisis, el fuelle gallego se ha ido desinflando. Así, en el 2009 el PIB autonómico retrocedió hasta los 54.857 millones, con un recorte per cápita próximo a los 500 euros. El pasado ejercicio, pese a que el producto interior bruto gallego remontó cerca de mil millones de euros, el reparto por habitante no logró alcanzar de nuevo la mítica marca de los 20.000 euros.

La vida sube

En paralelo al calvario de los salarios, los gallegos se enfrentaron a una inflación que restaba competitividad y eficacia a sus rentas. Los gastos de la vivienda, por ejemplo, crecieron un 21,6 % en los últimos cuatro años. El transporte se encareció por término medio un 16,7 %. Y los gastos relacionados con la educación se hincharon un 12,8 % en este período.

El respiro llegó por el lado de las comunicaciones, que hoy son más baratas que en el 2007 (un 1,9 %), o de los sectores textil y de calzado, que se vieron obligados a rebajar sus productos para seguir colocándolos en el mercado local (con una rebaja global del 1,5 %). Los precios del sector médico fueron otros de los que se congelaron en este tiempo, con una subida mínima del 0,1 %.