Bruselas quiere aumentar un 25% el impuesto que grava el gasoil

iñaki castro BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

En España, el incremento elevaría 8 céntimos el litro del combustible

14 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La Comisión Europea propuso ayer una profunda revisión de los impuestos que se aplican a los combustibles. El Gobierno de la Unión Europea presentó una nueva normativa enfocada a aumentar la fiscalidad de los carburantes que emiten más CO2. La iniciativa, que tendría que ser aprobada por unanimidad por los socios comunitarios, implicaría en España un aumento de ocho céntimos por litro en el gasoil, considerado mucho más contaminante que la gasolina.

Bruselas cree que su plan abriría la puerta a que los países reduzcan los impuestos vinculados a la creación de empleo y los traspasen al consumo.

Aunque la normativa todavía no ha sido debatida por los socios de la UE, algunos países como Alemania ya han expresado su oposición frontal. Y no hay que olvidar que precisa el respaldo de los Veintisiete para salir adelante.

«Rechazamos expresamente las medidas dirigidas a un encarecimiento del diésel en Alemania», dijo ayer el viceportavoz del Gobierno, Christoph Steegmans. Poco después, un portavoz del Ministerio de Finanzas subrayaba que el país se preocupará en las negociaciones de que no haya consecuencias inaceptables para el consumidor y la industria. La Comisión, sin embargo, sostiene que la directiva actual resulta «absurda» porque favorece el uso de los combustibles fósiles frente a las energías renovables. A juicio de Bruselas, el mejor ejemplo de esta situación es el diésel, al que se le aplica un tipo impositivo menor que a la gasolina, pese a ser más contaminante que esta. «Cualquier propuesta de fiscalidad no es fácil de aprobar en el Consejo», admitió ayer el comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta, quien aseguró que trabajará para convencer a Merkel.

La normativa europea actual establece un umbral mínimo de tasación para el gasoil que asciende a 330 euros por cada 1.000 litros. La proporción asciende a 359 en el caso de la gasolina. Con la entrada en vigor de la nueva legislación, el diésel estaría gravado con 412 euros, una cantidad que en España elevaría ocho céntimos el precio final por litro y que supondría un aumento del 25% en la fiscalidad. La gasolina, en cambio, se mantendría en un valor similar porque emite menos dióxido de carbono.

Incremento progresivo

La propuesta de la Comisión, que empezará a ser debatida por los países miembros a partir de ahora, contempla una progresiva implantación de los nuevos impuestos para que tanto consumidores como empresas puedan ir adaptándose. Si se cumplieran los plazos de Bruselas, la subida en el diésel debería aplicarse íntegramente en el 2018. La directiva también afectaría al gasoil utilizado para la calefacción, pero el Gobierno comunitario ha introducido una cláusula «social» que permitiría a los socios eximir a los hogares de este aumento.