Los impagos están detrás de buena parte de las quiebras de empresas acaecidas durante la crisis y, según el presidente en Galicia de la Asociación Española de Profesionales de Compras, Contratación y Aprovisionamientos (Aerce), causan centenares de miles de despidos al año en la UE. Manuel Cerredelo alerta de que la nueva ley de morosidad, que reduce los plazos de pago, es «farragosa y contradictoria», y podría causar más problemas.
-¿Cuánto ha aumentado la morosidad con la crisis?
-El porcentaje de facturas y créditos impagados era del 0,7% en el 2006 y del 0,9% en el 2007. En el 2008 subió al 3,4%, en el 2009, al 5,1%, y en el 2010, al 5,8%. Esos datos son extrapolables a Galicia. A nivel nacional, el total de créditos dudosos o impagados ascendía a 72.000 millones de euros a principios del 2009, pero en diciembre del 2010 ya eran más de 107.000 millones.
-¿Qué sectores son los que más tardan en pagar?
-La construcción tiene una media de pago de 210 días, y las Administraciones públicas, unos 150 días, aunque empiezan a contar el plazo desde que registran la factura, no desde que la reciben. Pero hay autonomías donde los gastos sanitarios se pagan a 700 días. En el resto del tráfico empresarial, la media supera los noventa. Es una sangría, porque la UE calcula que las demoras en los pagos cuestan 450.000 empleos cada año. Una de cada cuatro quiebras de empresas se debe a esos impagos.
-¿La nueva ley no debería servir para solventar esos problemas?
-Se ha hecho de manera precipitada y farragosa, con preceptos contradictorios que sirven tanto para dar la razón al que paga como al que cobra.
-Con miles de empresas en crisis, comprar, como hacen ustedes, debe ser ahora mucho más fácil que vender
-Es verdad, hay muchas más ofertas y opciones de negociación. Pero los que nos dedicamos a las compras no podemos presentar como un buen resultado algo que no suponga mejorar las tendencias del mercado. Tenemos que hacerlo mejor que los compradores de nuestra competencia, que también aprovechan esa tendencia.