Armadores gallegos temen perder a su principal cliente de pulpo, Japón

Marcos Gago Otero
marcos gago MARÍN / LA VOZ

ECONOMÍA

El país compra entre el 70 y el 80% de las capturas de los cefalopoderos

18 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El sector cefalopodero gallego, que agrupa a algo más de veinte barcos que faenan en Mauritania, teme que las consecuencias del terremoto de Japón sean negativas para la demanda de pulpo en el país asiático. Las ventas de la primera marea desde que tuvo lugar el desastre natural se producirán a finales de este mes o principios de abril. Entonces se despejarán las dudas sobre la evolución de los mercados internacionales del pulpo, especialmente el japonés, adonde se destinan gran parte de las capturas de la flota española.

Un portavoz de la patronal, Anacef, explicó ayer que el sector está «expectante» ante la previsión de las ventas de pulpo a Extremo Oriente. Dan por sentado que habrá una caída en la demanda, aunque no se atreven a cuantificarla.

«Todavía es muy pronto para saber qué va a pasar, porque la última marea se vendió antes y la siguiente será en quince días. Estamos expectantes sobre lo que pueda pasar», manifestaron fuentes de Anacef.

El pulpo es el producto estrella de la flota cefalopodera gallega que faena en Mauritania. Esta especie supone entre el 50 y el 60% de las capturas de este tipo de embarcaciones. De ese porcentaje, entre el 70 y el 80% del pulpo se vende tradicionalmente a empresas japonesas.

Este es un producto que cuenta con una gran demanda en Japón y su valor económico es muy relevante para esta flota. «El pulpo es en general un producto caro, de calidad y su valor económico supone gran parte de los beneficios de una marea», señaló un armador pontevedrés. El resto de las capturas se venden principalmente para el consumo peninsular e Italia.

La flota está terminando actualmente su marea y se prevé que a finales de la próxima semana comenzará a descargar en Nuadibú. Los contenedores se trasladan a España y es en ese momento cuando son adquiridos por las empresas niponas para los consumidores asiáticos.

El mercado del pulpo estaba en buenas condiciones en Japón antes del terremoto del día 11. Los precios de este cefalópodo, que se habían desplomado hace dos años como consecuencia de la crisis económica mundial, remontaron hace un año, y su valor en las rulas niponas estaba «muy bien», según el sector. Ahora reina la incertidumbre.