El auge del coche eléctrico obliga a la industria gallega a reconvertirse

ECONOMÍA

17 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Las ayudas oficiales de la Xunta y el Gobierno central han dado un respiro a la situación vivida por las auxiliares gallegas de la automoción como consecuencia de la crisis. Pero los problemas regresarán, porque, además de la transformación que está experimentando en su interior el propio Clúster de Empresas de Componentes de Automoción de Galicia (Ceaga), con su estructuración en niveles de relación con el ensamblador similar a la utilizada en la industria aeronáutica, el sector se enfrenta a una delicada reconversión impuesta por la necesidad de nuevos componentes para el coche del futuro, sea cual sea este en cuanto a motorización: híbrido, eléctrico, híbrido enchufable o con pila de hidrógeno.

A pesar de que sus intereses son comunes, los perfiles de las 82 auxiliares del automóvil asociadas en Ceaga son muy diferentes. Conviven multinacionales con pymes muy especializadas, actividades tan alejadas como la logística o la fabricación de espejos, salpicaderos, puertas o carrocerías. Y la puesta al día en materia de movilidad eléctrica o ecoeficiente parece que no va a estar al alcance de todas ellas.

De entrada, solo las empresas punteras del clúster están siendo también las primeras en avanzar hacia el desarrollo de nuevos componentes. Faurecia, GBS Galfor, Unvi, Maier Ferroplast, Grupo Antolín, Gestamp, GKN, Benteler, Viza o Copo cuentan para ello con ayudas en forma de créditos de las distintas Administraciones, que suman en total más de 70 millones de euros.

Faltan piezas

Sus proyectos van ligados a la fabricación en la factoría de PSA Peugeot Citroën de Vigo del primer vehículo híbrido que se fabricará en una planta de coches española. Se trata de un monovolumen, cuya salida al mercado está prevista para finales del año 2102, y cuyo lanzamiento industrial se encuetra ya en plena fase de desarrollo en la planta viguesa.

La Xunta asegura que sigue en negociaciones para conseguir captar la implantación de una fábrica de baterías de litio para vehículos eléctricos e híbridos. Pero el hermetismo al respecto es total, porque en la puja entran tantas candidatas como proyectos existentes para el desarrollo de vehículos eléctricos en España y en Europa.

Fuentes del sector gallego de la automoción explican que la tecnología eléctrica, tanto para la versión híbrida como para el coche eléctrico puro, ofrece grandes oportunidades para la creación de empresas de componentes. «Empresas vinculadas a la fabricación de cargadores, motores eléctricos, convertidores, piezas de inyección de plástico o que trabajen con nuevos materiales (fibra de carbono, aluminio....) que contribuyan a rebajar el peso global del coche, incluido el chasis, pueden ver ensanchados sus horizontes», explican.

En el lado contrario de la balanza se encuentras las empresas auxiliares, que irán perdiendo espacio en el mercado a medida que vaya desapareciendo el motor de combustión, como es el caso de los fabricantes de depósitos de gasolina o diésel o de los proveedores de tubos de escape.