Toyota se jacta en documentos internos de haber evitado una retirada masiva de vehículos en EE. UU. hace tres años

Victoria Toro

ECONOMÍA

El fabricante nipón se ahorró más de 73 millones de euros al pactar con las autoridades estadounidenses

23 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A Toyota cada vez se le ponen peor las cosas en Estados Unidos. Solo unas horas antes de que algunos de sus responsables testifiquen ante el Congreso de ese país para dar explicaciones sobre los defectos que han obligado a la retirada de millones de vehículos, salieron a la luz documentos muy comprometedores para la compañía. Los medios de comunicación estadounidenses recogían ayer que en una presentación interna de julio del año pasado, la empresa se jactaba por haberse ahorrado más de 100 millones de dólares (más de 73,5 millones de euros) tras negociar con las autoridades estadounidenses y convencerlas de no tener que llevar a cabo una retirada masiva de vehículos por un fallo relacionado con el acelerador.

La presentación fue realizada por el presidente de la filial estadounidense del fabricante japonés, Yoshi Inaba. Y la negociación a la que se refería entre los representantes políticos y la empresa nipona habría tenido lugar en el año 2007.

Los documentos evidencian varias cosas que los directivos de Toyota deberán aclarar en el Congreso estadounidense. Por un lado, la aparente presión que la compañía nipona ejerció sobre los legisladores. Ayer mismo, Darle Issa, republicano de la Cámara de Representantes, decía en un comunicado: «Hay dudas significativas sobre las relaciones de Toyota con los reguladores gubernamentales». Y lo que es evidente tras la publicación de esos documentos es que la Cámara estadounidense deberá investigar si realmente la empresa nipona presionó a los funcionarios norteamericanos para que se redujera el alcance de la retirada de los vehículos defectuosos.

Explicaciones

Además, está la cuestión de cuánto y desde cuándo conocía Toyota los fallos que le han obligado en las últimas semanas a retirar del mercado casi nueve millones de vehículos. Según afirmaban ayer los medios de comunicación, en uno de los documentos del 2009 se mencionan «aceleraciones súbitas» en varios modelos de Lexus, lo que ha llevado a los analistas a asegurar que parece que la compañía podría haber relegado a un segundo plano la seguridad de los usuarios de sus automóviles para salvaguardar sus beneficios. Este aspecto cobra una importancia primordial de cara a las denuncias presentadas en los tribunales estadounidenses por las muertes de más de 30 personas que podrían estar relacionadas con los fallos en la seguridad de los vehículos ahora investigados o retirados.

El presidente de Toyota, Akio Toyoda, comparecerá mañana ante la Cámara de Representantes, a pesar de que en un principio había declarado que no iría a testificar. La gravedad de los hechos ha llevado al Congreso norteamericano a impulsar dos investigaciones diferentes. Una de ellas es la del Comité de Energía y Comercio, que es ante la que testifica Akio. Y la otra es la que está desarrollando el Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno, que es la que ha sacado a la luz los controvertidos documentos.