Los sindicatos calculan que el seguimiento del paro convocado por el comité intercentros fue del 70%
19 feb 2010 . Actualizado a las 11:01 h.La planta de Ence en Pontevedra solo tenía ayer una de sus calderas en funcionamiento. La huelga convocada por el comité intercentros del grupo paralizó por completo la producción de energía y pasta en su planta pontevedresa. La plantilla gallega, formada por 249 trabajadores, y la fábrica de Huelva respaldaron este paro de dos días (ayer y hoy) para demostrar su desacuerdo con la actitud de la compañía presidida por José Luis Arregui. Solo la fábrica asturiana de Navia se desligó de la movilización el pasado 28 de enero y cambió la huelga por una manifestación. El presidente del comité de empresa en Lourizán, Miguel Graña, señaló ante las puertas de la pastera que Ence vulnera continuamente los acuerdos del convenio colectivo. «Sáltanse os pactos e as normas de funcionamento, non levan a cabo a provisión de vacantes e mandan xente de vacacións no parque de madeiras sen consultar», denuncia Graña, quien asegura que detrás de estas decisiones está un cambio de política empresarial. Los trabajadores llevan meses denunciando la entrada de madera importada de menor calidad, procedente de Chile o Congo. «Reduciuse o ritmo de produción debido a falta de madeira e a de fóra non só rende menos senón que ten un índice de calidade máis baixo», explica. El último buque llegó al puerto de Marín el pasado 27 de enero con 45.000 toneladas de madera. El responsable de los trabajadores alerta de que esta caída productiva repercute en más de 200 euros en la nómina de los trabajadores del parque de astillado. La empresa reconoce que el paro fue secundado por la mayoría del personal asociado a la producción, pero que en el resto de áreas -forestal, oficinas centrales y personal técnico- apenas había tenido incidencia. Sin embargo, los sindicatos cifran en un 70% el seguimiento de la huelga. El comité señaló ayer que denunciará los servicios mínimos estipulados por la dirección -diez personas- por considerarlos excesivos. La plantilla pretendía un paro total de la planta, pero finalmente la caldera de biomasa se mantiene en activo para evitar que se enfríe el circuito y el reinicio de la actividad el sábado sea más fácil. «No existe ningún tipo de producción, solo se mantiene el calor porque si se apaga todo, al encenderlo puede producirse estrés térmico y no se descartan roturas», señalan desde el grupo, donde consideran «desproporcionada» la convocatoria. Escasos incidentes La tranquilidad en el primer día de huelga solo se vio interrumpida, según explicó Graña, por el intento del jefe de personal de dejar entrar a las empresas auxiliares. «Non podíamos deixar pasar a ninguén no interior da fábrica porque só estaba o xefe de seguridade. O resto do seu equipo estaba na folga e se deixamos pasar as empresas auxiliares e pasa algo a culpa é nosa», subrayó el presidente del comité de empresa. La huelga seguirá hoy en Pontevedra y Huelva.